domingo, 29 de noviembre de 2009

La partícula mu en la palabra "comunismo" x Wu Ming,

primavera de 2006.

Contribución al libro colectivo Make Everything New: a Project on Communism, Book Works, London (Londres) and Project, Dublin (Dublino)
A cargo de Grant Watson (Project), in colaboración con Gavin Everall y Gerrie van Noord (Book Works).
A ser publicado en inglés en Octubre 2006.
Traducido en Español por Nadie Enparticular, Julio de 2006.


Así que nos pedís que os enviemos un artículo sobre el comunismo.
No sobre algún grupo de personas que se autodenomina comunista.
No sobre alguna de las innumerables corrientes del "comunismo".
No sobre estados de opereta como Laos y Corea del Norte.
Nones, os referís a la esencia conceptual del comunismo, queréis que profundicemos y toquemos las raíces.
Gracias a comunistas y anti-comunistas, el comunismo parece ser hoy el asunto más impopular, bochornoso y anacrónico.
El término mismo ha sido denigrado, falseado, desbaratado, arrancado del discurso público.
Es tiempo de replantearlo nuevamente.
La palabra Kommunismus/Communismus fue acuñada como un neologismo (tanto en alemán como en latín tardío) y empleada esporádicamente en forma despectiva durante y después de las guerras religiosas que incendiaron Europa desde la Baja Edad Media hasta la Alta Edad Moderna. Ciertas doctrinas de las corrientes radicales del siglo XVI como los Huteritas, los Husitas y los Taboritas fueron definidas como communisticae por algunos de sus enemigos contemporáneos y posteriores detractores. Luego la palabra desapareció hasta su extraordinaria re-emergencia en siglo XIX.

Esas herejías del siglo XVI proclamaban la comunidad de bienes materiales y la vida comunitaria, e incluso algunas de ellas proponían la expropiación forzosa de la nobleza y el clero. Durante la revuelta de los campesinos alemanes (1524-1525), una serie de tumultuosos eventos que provocaron olas de rebelión en la zona centroeuropea, uno de los gritos de combate del predicador Tomás Müntzer era Omnia sunt communia, todo es de todos. Ni que decir tiene que tal énfasis en la acción de compartir está profundamente arraigada en la historia y doctrina cristianas. "Erant illis omnia communia" (Hechos 4:32): "Todo era en común entre ellos". Y en la Regla de San Agustín (400 dC aprox.) dice: "Et non dicatis aliquid proprium, sed sint vobis omnia communia": “No poseáis nada propio, sino que todo lo tengáis en común”.

Commūnis. Echemos una mirada atenta a este adjetivo latino.
Commūnis significa "común", "universal", "generalmente compartido".
Mūnĭa significa "deberes", "mandatos públicos", "tributos", "impuestos" y cualquier tipo de servicio o responsabilidad civiles para con la comunidad.
Por lo tanto Cum mūnis significa "con deberes", "con obligaciones", "con compromisos", vale decir, estar sujetos a formar parte de la vida de una comunidad regulada.
Muy curiosamente el antónimo de Commūnis es Immūnis, que significa "sin deberes", "libre de compromisos", "libre de aranceles". 1

Esto es solamente el comienzo del viaje al pasado, porque la palabra Mūnĭa en sí misma tiene una muy larga historia.
La antigua raíz "Mai"/"Mau"/"Mu" está relacionada con calcular, pesar y medir cosas, probablemente para intercambiarlas equitativamente o distribuirlas entre los allegados.
Esto es lo que se supone que sucede con los deberes en una comunidad bien regulada.
Podemos encontrar la misma correspondencia en varios lenguajes antiguos.
En sánscrito védico, el idioma sagrado hindú de 4000 años de antigüedad, Mâti significa "medir".
En latín, Mensio significa "medida" (Francés: Mesure; Italiano: Misura).
En antiguo eslavo (el primer idioma literario eslavo, desarrollado en el siglo IX) Mena significa "intercambio", "trueque".
En lituano antiguo (siglo XV) Maínas tiene el mismo significado.
En las lenguas germánicas hay una evolución terminológica diferente pero paralela, tanto así que el adjetivo germánico Gemeinas refleja perfectamente Commūnis. Ge-meinas = Cum-mūnis. 2
Idéntica procedencia tienen las palabras inglesas Moon [luna] (griego: Mήνη; gótico 3: Mēna; inglés antiguo 4: Mōna) y Month [mes] (griego: Mήν, latín: Mensis). La luna se utilizaba para contar los días y medir períodos de tiempo más amplios.
Que es también de donde proviene Mind [mente] (latín: Mens). La mente es el órgano que cuenta/mide/pesa, y así establece el valor y el significado de las cosas. Por supuesto, la palabra meaning [significado] tiene el mismo origen.

Algo aún más importante, la palabra acadia Manû significa "contar con los dedos" 5.El acadio era un antiguo idioma semítico difusamente extendido (y escrito con caracteres cuneiformes) en Mesopotamia hace 4500 años atrás. Era la lengua del comercio “internacional” de esa época, se han encontrado muchísimas inscripciones y estelas por doquier en Asia Menor.
El lingüista y filólogo italiano más prestigioso y controvertido, el difunto Giovanni Semerano (1913-2005), dedicó toda su vida a trazar los orígenes de todos los lenguajes europeos con relación al acadio y un tronco semítico común. Colmó casi todas las brechas en la etimología de términos griegos y latinos. Nosotros nos basamos en sus estudios y hallazgos. 6
Pero ahora vayamos aún más allá.
¿Cuál es el motivo por el cual la raíz "Mai"/"Mau"/"Mu" está relacionada con medir y compartir?
El término acadio que designa el "agua" es Mû. Ugarítico 7: Mj. Arameo 8: Majja.
El agua es el recurso más valioso, darías cualquier cosa por ella si tienes sed. Es pilar fundamental de cualquier comunidad, la primera cosa que debe ser equitativamente compartida. La necesidad de distribuirla y compartirla es premisa y base de toda regulación económica y social.
Estamos buceando profundamente en el pasado, reflexionando sobre los mismísimos orígenes del lenguaje humano.
Existe una estrecha correspondencia entre la consonante "m" y el agua, su sonido evoca una tosca onomatopeya del beber. Si bebes ávidamente cuando tienes sed emites un sonido grave y profundo que podría expresarse como "Um... Um... Um..."
En el lenguaje infantil italiano, la palabra para "agua" es bumba.

Pues bien, podemos decir que la partícula "-mu(n)" incluida en la palabra "co-mun-ismo" tiene que ver con el agua. Que hoy en día se ha convertido en el más escaso de los recursos.
Si la palabra fuera regenerada, revitalizada y renovada, su retorno no podría ser más oportuno.


Notas

1. Si el antónimo de "común" es "inmune", entonces el comunismo es la ideología de la "no-inmunidad", y es cierto que "communism is a disease of the mind" [el comunismo es una afección de la mente] tal como dijo el periodista americano y cruzado moral George Putnam el 23 octubre 1966 en uno de los remates de su discurso conmemorativo de la sublevación húngara de 1956.

2. A propósito, Gemeinwesen ("comunidad", "esencia común", "ser colectivo") era una de las palabras favoritas de Karl Marx, así como también uno de los conceptos clave de sus textos tempranos; un ejemplo de ello es "Notas críticas al artículo 'El rey de Prusia y la reforma social. Por un prusiano'." (1844): "Pero, ¿no sucede acaso que todas las rebeliones, sin excepción, estallan en el aislamiento funesto de los hombres del gemeinwesen (ser colectivo)? Toda sublevación, ¿no presupone necesariamente este aislamiento? ¿Hubiera podido tener lugar la Revolución de 1789 sin este funesto aislamiento de los burgueses franceses del gemeinwesen? Estaba precisamente destinada a suprimir este aislamiento. Pero el gemeinwesen del que se halla separado el trabajador es un gemeinwesen de realidad distinta, de distinto alcance que el gemeinwesen político. El gemeinwesen del que le separa su propio trabajo es la vida misma, la vida física e intelectual, las costumbres humanas, la actividad humana, el goce humano, el ser humano.". Respecto al desarrollo de este concepto en el post-marxismo crítico del siglo XX, véanse los trabajos del pensador francés Jacques Camatte.

3. El gótico era el idioma germánico hablado por los godos (siglos II-V). Más tarde se dividieron en dos tribus diferentes, ostrogodos y visigodos, y prácticamente se hicieron cargo del moribundo Imperio Romano en Europa meridional.

4. Por "inglés antiguo" (también llamado "anglosajón") los lingüistas se refieren al idioma germánico hablado en Inglaterra antes de la invasión normanda de 1066.

5. Es la única explicación etimológica razonable para la palabra latina Manus. Italiano y español: Mano; Portugués: Mão; Francés: Main; Catalán: Mà.

6. Los descubrimientos de Semerano están sistematizados en su enorme obra Le origini della cultura europea [Los orígenes de la cultura europea] publicada en dos entregas de 2 volúmenes cada una, cuyos subtítulos son Rivelazioni della linguistica storica [Revelaciones de la lingüística histórica] (Olschki, Florencia, 1984, ISBN 8822232542) y Basi semitiche delle lingue indo-europee [Bases semíticas de los idiomas indoeuropeos] (Olschki, Florencia, 1994, ISBN 8822242335). En la década posterior "popularizó" sus teorías con libros más breves y publicó innovadores estudios ulteriores sobre el idioma etrusco. Sus últimos trabajos incluyen La favola dell'indoeuropeo [El mito del idioma indoeuropeo] (B.Mondadori, Milán, 2005, ISBN 8842492744) y Il popolo che sconfisse la morte: Gli Etruschi e la loro lingua [El pueblo que venció a la muerte: los etruscos y su idioma] (B.Mondadori, Milán 2006, ISBN 8842490709). Hasta donde sabemos, no existe ninguna traducción al castellano de sus libros.

7. El ugarítico era un idioma semítico hablado en Siria en los siglos XIV al XII aC.

8. El arameo es otro lenguaje semítico, muy cercano al hebreo, que fue la lengua materna de Jesús de Nazaret dado que era el idioma cotidiano de los judíos en Palestina cuando la región era parte del Imperio Romano. El arameo y sus dialectos todavía se utilizan en ciertas partes del Medio Oriente (especialmente en Siria). Algunos libros de la Biblia fueron escritos originalmente en este idioma (por ejemplo, el libro de Daniel).

No hay comentarios:

Publicar un comentario