lunes, 12 de diciembre de 2011

Up Against The Wall Motherfucker! – Entrevista con Ben Morea ! *


Háblanos acerca de tu experiencia y de cómo llegaste a involucrarte en las escenas radicales de Nueva York durante la década de los sesenta.


Me crié en su mayor parte alrededor del área de Virginia/Maryland y Nueva York. Cuando tenía 10 años mi madre se volvió a casar y nos mudamos a Manhattan. Yo era fundamentalmente un chaval del ghetto y durante mi adolescencia me vi involucrado en asuntos de drogas por lo que acabe pasando un tiempo en prisión. Hubo un tiempo cuando estaba en el hospital de la prisión en el que comencé a leer y a desarrollar interés por el arte. Cuando me pusieron en libertad mi personalidad había cambiado completamente. Para acabar con mi adicción rompí completamente con los chavales con los que había crecido y con la vida que conocía.

Al final de los años 50 fui en búsqueda de los beatniks ya que aparentaban combinar el arte con la conciencia social. Conocí a la gente del Living Theatre y acabé bastante influenciado por sus ideas a pesar de que nunca me vi orientado hacía el teatro. Judith Malina y Julian Beck eran anarquistas y ellos fueron los primeros en poner un nombre a la manera en la que me estada sintiendo e inclinando filosóficamente.

También conocí a un artista ítalo-americano que se llamaba Aldo Tambellini el cual tenía un pensamiento muy radical que canalizaba en su arte más que en el activismo social. El sólo hacía exhibiciones en sitios corrientes como cementerios o vestíbulos para traer el arte al público. Me influyó bastante en ver que tener arte en los museos era una manera de rarificarlo y de hacerlo una herramienta para la clase dirigente.

Soy autodidacta por lo que continué mi seguimiento del anarquismo y del arte a través de la lectura y manteniendo correspondencia. Fui consciente de Dada y del surrealismo así como del ala radical del arte del siglo veinte e intentaba encontrar a cualquier persona que tuviese información sobre el tema o a alguien que estuviera involucrado. Realmente me sentía a gusto con el matrimonio entre el pensamiento social y una práctica estética. Mantuve correspondencia durante un tiempo con uno de los dadaístas vivos, Richard Huelsenbeck, que vivía en Nueva York, pero al que nunca llegue a conocer.

Al mismo tiempo empecé a desarrollar simpatía por el ala política de los anarquistas al reunirme con gente que había luchado en España, en la Columna Durruti y otros grupos. Todos ellos tenían alrededor de 60 años mientras que yo estaba en la veintena.

También estaba trabajando en mi propio arte y estética. Principalmente estaba pintado en abstracto pero también esculpiendo formas naturalistas. Tenía algunas influencias de los expresionistas americanos, pero también del Zen.

¿Cuando se formo Black Mask? ¿Cómo os organizasteis y quienes estabais implicados?

Es difícil de explicar, empezamos en 1965 o 1966, pero la revista definitivamente comenzó en 1966. Black Mask era realmente muy pequeño. En un principio éramos unas pocas personas. Como anarquistas, y no muy doctrinarios, no teníamos ningún líder aunque yo era la fuerza de conducción dentro del grupo. Ron Hahne y yo habíamos trabajado juntos con Aldo haciendo espectáculos artísticos en público para promover la idea del arte como una parte integral del día a día de nuestras vidas, y no un objeto institucionalizado. Ron y yo nos hicimos íntimos amigos y descubrimos que teníamos una visión social más polémica que la que tenía Aldo sobre querer aproximarnos mas a los elementos políticos de Dada y del surrealismo como también a los crecientes disturbios de la América negra. Queríamos encontrar un lugar en el que el arte y la política pudiesen coexistir en una forma radical. Una vez comenzamos a publicar Black Mask y a participar en acciones otros artistas y personas que estaban en nuestra onda se vieron atraídos por lo que estábamos haciendo. Yo siempre estuve a favor de un enfoque orgánico donde no se tuviese que hacer reuniones y la gente se asociase informalmente más que en tener una jerarquía y miembros reclutados.

Con el tiempo Ron empezó a perder interés por la esfera política y comenzó a interesarse más en trabajar con gente que estaba involucrada en la lucha por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. Puedo decir honestamente que tanto en Black Mask como luego en The Family nunca tuvimos una reunión en donde nos sentáramos, conscientemente, a decidir nuestra dirección o exactamente que trato le íbamos a dar a una situación o a una acción en particular. Todo se fue desarrollando muy espontáneamente, por consecuencias orgánicas o por cualquiera cuestión que creyésemos apropiada en el momento.

Una de las primeras acciones de Black Mask fue cerrar el Museo de Arte Moderno (MOMA). Cuéntanos que sucedió y el enfoque del grupo sobre las acciones directas en general.

Nosotros sentíamos que el arte en si mismo, el esfuerzo creativo, era algo que valía la pena, algo valioso e incluso una experiencia espiritual. El Museo y las galerías separaban al arte de un intercambio vivo y no tenían nada que ver con el impulso vital y creativo. Los museos no eran casas con vida, eran solo un repositorio. Nosotros estábamos buscando maneras de formular preguntas sobre como las cosas eran presentadas y cerrar MOMA fue una de ellas.

La acción fue un éxito. Anunciamos nuestros planes con antelación y acabaron por cerrar el museo por miedo a lo que pudiésemos hacer. Mucha gente se paró, habló con nosotros sobre lo que estábamos haciendo y esta acción, junto con otras, atrajo a varios artistas radicales a nuestro bando.

En otras ocasiones desbaratábamos exhibiciones, galerías y conferencias. La mayoría de estas acciones eran pensadas justo en el mismo momento y muchas de ellas formaron parte de un proceso de aprendizaje. Las cosas que hacíamos no eran razonadas al completo, pero eran una manera de desarrollar y comprender nuestro lugar en la revuelta en curso. Bastantes grupos políticos acabarían por desarrollar estas grandilocuentes estrategias y planes, pero para nosotros eran solo una forma de expresarnos y de ver como podríamos hacer mella en la sociedad.

En 1996 el grupo tomo como blanco el Loeb Centre de la Universidad de Nueva York (NYU). ¿Que paso con esta acción?

Teníamos un fuerte sentido del humor y de guerrilla teatral. Yo solía interrumpir conferencias de arte en la universidad de Nueva York para plantear cuestiones distintas a las que se pretendía discutir. Como resultado fui desafiado a un debate con alguno de los académicos. Recuerdo que ese evento en particular tenía un enfoque pretencioso por lo que tuvimos que hacer algo. Fue increíblemente estratificado y únicamente destinado a la elite y parecía que hubieran intentado hacer todo lo posible para mantenerlo alejado del público en general. Distribuimos montones de panfletos anunciando este evento como gratuito con comida y alcohol y tuvieron que cortar las calles del alrededor por que se presentó mucha gente. Bajamos hasta Bowery y repartimos unos folletos para que todos los borrachos y la gente de la calle subiesen.

Black Mask, evidentemente, no solo tuvo la inspiración de dadaístas, surrealistas y movimientos vanguardistas del pasado, también de las insurrecciones negras contemporáneas y de los movimientos juveniles de la década de los 60. Cuéntanos algo más acerca de estas influencias y sobre tus ideas y enfoques a cerca de la política y el arte en general.

Desde mi perspectiva y desde la de la gente con la que he trabajado veiamos la necesidad de cambiar todo desde la manera en la que vivíamos hasta la manera en que pensabamos incluso hasta la manera en la que comíamos. La Revolución Total era nuestra forma de decir que no nos íbamos a conformar con un cambio político o cultural, lo queríamos todo, queríamos que todo cambiase. La sociedad occidental había llegado hasta un punto muerto y necesitaba ser revisada y reparada. Sabíamos que eso no iba a pasar, pero esa era nuestra reivindicación, así es como éramos.

Eso también significaba ver que necesitabas que se involucrase todo tipo de gente, no solamente activistas políticos. Los poetas y los artistas eran igual de importantes. La revolución sucede como un efecto acumulativo y en parte es un cambio en la conciencia, una nueva manera de pensar.

Como encajó Black Mask dentro de las escenas políticas y artísticas de Nueva York porque parece como si os hubierais salido de vuestro camino de poner en ridículo y desafiar a los ideólogos de cualquier condición.

Mucha gente politizada se cuestionaba lo que hicimos diciendo que debíamos atacar a la sociedad desde el frente político y que no nos debíamos preocupar por el arte. A pesar de todo sentíamos que era mejor actuar desde la posición de cada uno y la nuestra era como artistas. Estas cuestiones eran muy importantes para nosotros.

Muchos de los hippies no se fiaban de nosotros y los políticos nos odiaban porque no podían controlarnos o entender lo que estábamos haciendo. Y estoy seguro que la mayoría de la gente del mundo del arte pensaba que estábamos locos.

Black Mask parece haber planteado, en el pasado, varios desafíos al movimiento por la paz criticando a los moderados por su escasez de militancia o también atacando a la izquierda por su apoyo incondicional al Frente de Liberación Nacional (NLF). Muchos radicales de la década de los 60 están ahora un tanto arrepentidos o parecen reticentes a hablar de su apoyo al régimen de Corea del Norte.

Nosotros apoyábamos el derecho de los vietnamitas a resistir la invasión americana, pero no íbamos a apoyar al gobierno de Vietnam del norte en su propia conducta opresiva. Era un punto sutil y la mayoría de la izquierda no pudo entenderlo. Conocíamos la historia de España donde tanto los franquistas como los stalinistas ejecutaban anarquistas. Nosotros nos negábamos a apoyar a un bando o al otro.

Yo odiaba la reacción visceral de mucha gente de la izquierda que ondeaba encantada la bandera del NLF por todas partes. Nosotros no celebrábamos la muerte de las tropas americanas que habían sido enviadas como carne de cañón al igual que hicieron algunos.

En cierto sentido nosotros no encajamos en ningún sitio y eso significó que nos acabáramos convirtiendo en un polo de atracción para todas aquellas personas que no estaban interesadas en una propuesta dogmática o pacífica. Mucha de la posterior evolución de Black Mask hacia The Family vino a través de que más y más gente se juntase con nosotros e influyera en lo que estábamos haciendo.

Black Mask y posteriormente The Family fueron unos de los primeros grupos en promover el concepto de grupos de afinidad como una forma de organizarse. Un miembro de Family hizo famosa la definición de un grupo de afinidad como una “banda callejera con análisis”. ¿Como se desarrollo este enfoque y de donde proviene el uso del término?

Aunque nos asociáramos en círculos similares con Murray Bookchin nuestro grupo siempre fue bastante diferente porque éramos muy viscerales y el era mas literario. Murray estaba interesado en usar el termino español “grupos de afinidad” [1] para describir a estos grupos no-jerárquicos que se estaban formando. Nosotros decíamos “Dios mío, ¿te puedes imaginar de verdad a los americanos llamándose a si mismos “grupos de afinidad”? (risas) “Usa el Ingles, llámalos grupos de afinidad”.

Háblanos acerca de la revista Black Mask que producías y que se público desde el año 1966 hasta 1968 y que consto de diez ejemplares.

Principalmente fuimos Ron y yo quienes hicimos juntos la revista, pero también había un amplio grupo de gente que nos ayudaba a producirla, imprimirla y distribuirla. La vendíamos por cinco centavos, lo que no era mucho dinero, pero entendíamos que si la gente pagaba por ella la acabaría leyendo en vez de echarle un solo vistazo y tirarla a la basura.

Nos preocuparnos de venderla en la zona sureste de Nueva York, que era nuestro terreno más fértil por que allí había bastantes artistas y activistas. De vez en cuando también fuimos hacía la parte alta de la ciudad aunque aquello era más una cuestión de agitación.

Black Mask fue uno de los primeros grupos en enfrentarse a figuras contraculturales como Timothy Leary y Allen Ginsberg por su miedo, su orientación hacia la religión y su búsqueda del prestigio, etiquetándolos como “la Nueva clase dirigente”. A partir de 1967 parece como si Black Mask se trasladase desde su crítica al arte establecido hacia la crítica del movimiento hippie en auge y de la nueva izquierda.

Aunque éramos muy críticos con ellos yo era amigo de Allen Ginsberg y me hice amigo de Timothy Leary unos años después. Lo que intentábamos decir en su momento era que estaban permitiendo que los usasen como válvula de seguridad. Nosotros queríamos atacar la raíz de la sociedad y creíamos que ellos no lo estaban haciendo. En aquellos tiempos pensábamos que estaban siendo utilizados por las revistas Time y Life aunque en retrospectiva probablemente estas revistas desearían no haberlos sacado en portada, especialmente a Timothy.

Siempre intentábamos agitar las cosas, para dar un empujón tanto al resto de gente como a nosotros mismos. Siempre había bastantes intercambios con todo tipo de radicales y algunas veces eran algo fratricidas porque queríamos arremeter contra alguien pero en otras ocasiones únicamente pretendíamos tratar algún tema.

En 1966 la revista Black Mask citaba a la Internacional Situacionista como un grupo que se estaba moviendo en una dirección similar a la vuestra haciendo un llamamiento a la “revolución de todos los días” y a la abolición del arte como una actividad separada y especializada. Sin embargo a finales de 1967 la I.S. expulsaba a tres de sus miembros británicos por haber apoyado “a cierto Ben Morea, editor del boletín Black Mask”. ¿Cuál fue la fuente de la ruptura entre los grupos y que extensión tuvo vuestra conexión?

Los situacionistas y yo nunca nos encontramos cara a cara. Creo que eran extremadamente doctrinarios y limitados. Parecía que excomulgaban a más gente de la que conservaban. Realmente nunca hubo ningún tipo de conexión entre nuestros grupos y los suyos.

¿Qué paso con el “asesinato” del poeta Ken Koch en 1967?

Para nosotros Koch era un símbolo de este mundo dandi totalmente aburguesado. Yo mismo, Dan Georgakas, Alan Van Newkirk y alguna otra gente de Black Mask fuimos a uno de sus recitales. Creo que fui yo quien sugirió la idea de dispararle con una pistola de fogueo. Alan lo veía como la clásica imagen del lanzador de bombas anarquista. El medía 1,80 metros, era alto y delgado con un rostro demacrado y siempre vestía de negro – la encarnación anarquista. Así que decidimos “Eres el elegido, tu vas a dispararle” (Risas). Publicamos un panfleto y lo único que tenía era una foto de Leroi Jones con las palabras “La poesía es revolución”. En la noche en que Alan disparo a Koch este se desmayó y toda la gente del público supuso que había muerto por lo que empezó a gritar. Algunas personas lanzaron el panfleto a la audiencia desde un balcón y luego todos nos marchamos.

Las reacciones después del evento se dividían entre la gente que creía que era una de las mejores cosas que habían escuchado y aquellas que pensaban que éramos un grupo de gilipollas inmaduros. Lo que era genial porque mucho de lo que iba Black Mask y The Family era de presionar a la gente a decidir “¿Pertenezco a este tipo de grupo o a este otro?” Estábamos determinados a ser escandalosos con el fin de forzar a la gente a decidir su postura a cerca de las cosas. Queríamos presionar a la gente, forzarla a pensar. “¿Por qué disparar a Koch? Solo era un buen poeta”.

¿Cuál era la conexión de Black Mask con SDS (Estudiantes por una Sociedad Democrática)?

Veíamos que el SDS se estaba convirtiendo en una fuerza de cambio real y que todos estés grupos de izquierda tradicionales y maoístas como el Progressive Labor Party (Partido Laborista Progresista) estaban intentado controlarlos y apoderarse de su dirección. Creíamos que era importante que otro tipo de gente, como nosotros, se involucrase y mostrase a los estudiantes que tenían muchas opciones, muchos caminos por donde ir.

Recuerdo haber estado en una de las convenciones nacionales del SDS donde la gente estaba entrando en un debate acalorado sobre las diferencias entre los yankees, los establecimientos de la Costa Este, los vaqueros, los establecimientos de Texas. Me levante y dije “Todo esto es una mierda, no os reconozco tíos, nosotros no somos ni los yankees ni los vaqueros – ¡Somos los indios!”. En otro momento un miembro de The Family corrió a por un manifiesto, se levanto con una papelera y dijo “Esta es mi plataforma, tirar todos los manifiestos aquí”.

Con Black Mask y más tarde con The Family usamos la guerrilla teatral y las acciones para mostrar que había otros enfoques que ofrecer además de las habituales políticas aburridas y los elementos más volátiles del SDS se conmovían con eso. Alguna de la gente que luego formaría The Weathermen pasaba el tiempo con The Family y, aunque nunca ha estado acreditado, acabaron influenciados por nuestro estilo militante y nuestra actitud. Sin embargo una vez que se unieron con los grupos más leninistas le dieron a todo una dirección bastante diferente.

Háblanos sobre Valerie Solanas, con la cual mantenías una amistad además de hacer un escrito de defensa de su intento de asesinato de Andy Warhol en 1968. Había un silencio sepulcral en la prensa underground alrededor de sus ideas y de sus acciones después del disparo. Esto parece un poco extraño dado que en ese momento la nueva izquierda se encontraba en una creciente glorificación de la violencia política.

Valerie solía pasar bastante tiempo conmigo cuando estaba sin hogar o de mudanzas. Había bastante parodia e ironía en sus escritos, pero también era, y no lo digo en el mal sentido de la palabra, una persona bastante loca. Ella veía que tenía la necesidad de plantear algunas cuestiones alrededor de lo que les estaba pasando a las mujeres y el manifiesto SCUM fue su mejor manera de expresarse. Siempre me encantaron las personas que se escapaban de los cánones, que no encajaban en los moldes.

Algún tiempo después cuando la etapa de Black Mask había terminado y la de The Family estaba empezando nos involucramos en la ocupación de la universidad de Columbia [1968]. Valerie fue allí, me encontró y me pregunto “¿Qué pasaría si disparo a alguien?” yo le respondí “Depende de dos cosas – a quien disparas y de si muere o no”. Una semana después disparó a Andy Warhol.

Después de que le disparase escribí un panfleto apoyándola. Debí ser la única persona que lo hizo públicamente. Fui hasta MOMA y lo repartí por la zona. Toda la gente que conocía era bastante negativa al respecto, pero, hey, yo sentía una inmensa aversión hacia Warhol y a Valerie la quería. Creía que estaba en lo correcto al sentir ira y que el era más destructivo que ella ya que estaba ayudando a destruir la idea general de la creatividad en el arte.

A alguna gente no le gusta el terminó, pero yo siento que la creatividad es un tipo de acto espiritual, algo profundo para la gente que lo hace. Warhol era exactamente lo opuesto, intentaba negar y purgar lo esencial de la creatividad y darle una base comercial. También como persona era alguien realmente despreciable, y eso es por lo que Valerie lo odiaba. El usaba y manipulaba a las personas.

El ataque a Andy se encontró con el silencio de la izquierda y yo creo que fue porque planteaba algunas cuestiones con las que nadie podía estar de acuerdo. Esta violencia no estaba sucediendo en un lugar lejano. Además Andy se había convertido en una estrella, casi una imagen honorable, y ella estaba arremetiendo contra todo esto. Incluso la gente a la que le gustaba su discurso feminista no se pudo poner de acuerdo con que hubiese hecho daño a Andy. Black Mask y The Family volvíamos a la gente politizada, chiflada, porque no nos amoldábamos a sus arquetipos, porque estábamos deshaciéndonos de los cánones, así que te puedes imaginar como consideraban a Valerie.

Black Mask continuó como revista hasta mediados de 1968. ¿Cuál fue el proceso en que se vio envuelto el grupo para evolucionar hacia lo que luego se conoció como Up Against The Wall Motherfucker?

The Family/Up Against The Wall Motherfucker y Black Mask estaban emparentados al haber pasado a convertirse los unos en los otros, pero en realidad eran grupos muy diferentes en cuanto a la gente que estaba involucrada y en lo que hicieron. Nunca hubo decisiones a cerca de la idea de crear un grupo nuevo, ningún anteproyecto, era solamente una cuestión de evolución en donde un grupo se desvanecía y otro tomaba forma. Es incluso difícil explicar exactamente en que punto terminaba uno y empezaba otro.

The Family había sobrepasado el limite, era extremadamente volátil y no tenía muchas inclinaciones hacía la esfera cultural. Incluía a muchos artistas, pero también a gente de todo credo que quería vivir una vida más real, más visceral de la que le ofrecían. Algo menos limitado que perseguir solo la política o el arte, algo libre.

Nosotros, realmente, no éramos ni hippies ni políticos. Éramos distintos a los otros grupos aunque perteneciéramos al grueso de la contracultura. Alguna gente nos etiquetaba como hippies. Aquellos que tuvieran algún conocimiento a cerca de la contracultura podrían darse cuenta de que estábamos hechos de una madera más gutural. Pero en apariencia teníamos algo de parafernalia hippie como por ejemplo llevar pelo largo y ropa étnica. También tomábamos un montón de LSD. Incluso aunque fuésemos radicales como ellos a nadie se le ocurriría mezclarnos con el Youth Communist League (Liga de la Juventud Comunista). (Risas)

¿Cuáles eran algunas de las diferencias entre Black Mask y The Family?

The Family era mucho más grande y tenía mucha más vida que Black Mask, que era un grupo más esotérico. Nunca nos referíamos a nosotros mismos como Up Against The Wall Motherfucker, aunque firmábamos nuestros carteles y panfletos, que podían ser producidos por cualquiera del grupo, con ese nombre. Entre nosotros éramos The Family, un término que actualmente puede sonar algo extraño por la asociación del nombre con Charles Manson, con quien no teníamos ninguna conexión ni nada en común. Mientras que yo era la figura principal de Black Mask en The Family era bastante diferente ya que implicaba a un mayor grupo de personas, las cuales eran parecidas en potencial y a la hora determinar la dirección del grupo. En esencia era una holgada confederación de grupos de afinidad que convivían a través de una serie de apartamentos y que compartían un estilo de vida y unos puntos de vista tribales. Diferentes personas que pertenecían al núcleo del grupo gravitarían en torno a un apartamento donde también habría un montón de jóvenes hippies y fugitivos.

El hecho de que rechazáramos el modelo de familia nuclear y viviésemos colectivamente nunca vino como una moda controvertida o algo organizado de antemano. Solamente teníamos la sensación de que había otras maneras de vivir de las que occidente nos ofrecía, ya fuesen estas de los nativos americanos, de los gitanos o de África. Los hippies también tenían bastante de esto, pero nosotros nos inclinábamos realmente hacía este enfoque tribal, étnico. Creíamos que había alguna fuerza que trascendía al mundo occidental. Intentábamos entender e incorporar algunos de estos elementos, tanto en nuestra apariencia como en nuestra forma de vida actual. Nuestras vidas se dirigían al completo hacía el libre flujo, viviendo orgánicamente.

Háblanos acerca de las acciones en las que The Family se ha involucrado.

La primera acción que hizo realmente The Family fue llevar basura al Centro Lincoln en febrero de 1968. Había una huelga de basureros en Nueva York y había toneladas de basura amontonadas en los ghettos. Las áreas comerciales y las zonas adineradas tenían la capacidad de contratar un servicio privado para limpiar sus calles asi que decidimos llevar alguna de la basura del Lower East Side al Lincoln Centre. Uno de nuestros miembros lo propuso como un intercambio cultural – basura por basura (Risas). Aunque ciertas personas intentaron encasillarnos en nuestras acciones agresivas y en nuestra militancia, realmente teníamos a alguna gente maravillosamente ingeniosa.

Sacamos un panfleto explicando por que lo habíamos hecho, pero aquellos que habíamos participado nos dimos cuenta de que realmente ya no éramos Black Mask y que no queríamos firmar con ese nombre. Había un poema de Leroi Jones con la frase “Up against the wall mother fucker” y yo sugerí que la pusiéramos. De algún modo pegaba y a partir de ese momento todo el mundo se refirió a nosotros de esa manera. Por nuestra parte no fue algo deliberado. Hubiese sido bastante pretencioso haber querido llamarnos “The Motherfuckers”. (Risas)

Black Mask continuó como revista por un tiempo y UAW/MF empezó a crear folletos y carteles y a hacer cosas para periódicos como The Rat.

¿Como se fusionaron los comunicados y estos periódicos de gran tirada?

Eran parte de nuestra política artística y disfrutábamos juntando ambos ya fuese individualmente o en grupo. Queríamos hacer algo que fuese creativo y visualmente excitante, pero también hacer un comunicado. Con The Rat entre seis y diez miembros de The Family se acercaban a sus oficinas una vez por semana y hacían nuestra página. La gente que ha reimpreso nuestro trabajo, tanto actualmente como en aquella época, han fracasado al apreciar nuestro sentido del humor. Creíamos en lo que estábamos haciendo, pero no queríamos ser demasiado serios. Podíamos reírnos de nosotros mismos. La mejor influencia que nos daba la sensación que teníamos no era solamente la inyección de militancia, sino también de diversión y humor en las revueltas de la época.

Teníamos nuestro propio mimeógrafo así que la gente podía hacer tiradas constantemente de sus panfletos y carteles. Muchas veces vería alguno por la calle del que no tendría ni idea de donde habría salido. Lo hermoso de nuestra familia es que estaba multi-armada y no tenía ningún cerebro central por lo que habitualmente la gente hacía acciones o producía material del que el resto de personas sabían muy poco.

En los escritos del grupo un grupo de afinidad era definido como “una banda callejera con análisis”. ¿Cuánto de la mentalidad tradicional de las bandas callejeras formaba parte de vuestros puntos de vista?

Algunos miembros estaban más metidos en los asuntos de la calle que otros. Sin embargo no éramos territoriales ni manteníamos una oposición sin salida. Estábamos más “curtidos en la calle” que los tipos duros de la calle. Osha Neumann, que fue quien subscribió esa particular definición (aunque fui yo quien acuño el termino de grupos de afinidad), lo vio como si significase que tuviéramos la inteligencia de la calle y un vinculo intenso, no como si fuéramos unos matones irracionales.

En 1968 los estudiantes atacaron y ocuparon edificios en Columbia protestando contra la reurbanización de la tierra destinada a viviendas sociales y la conexión entre la universidad y la investigación armamentística. ¿Cómo estuvisteis vosotros implicados?

Había cinco edificios ocupados en Columbia y el nuestro era el único que no fue atacado por la policía. No transmitimos ninguna llamada, pero toda la gente luchadora se acercó a nuestro edificio. Éramos agresivos y estábamos fortalecidos por lo que tuvieron que desalojar a los que decidieron negociar antes que resistir. No nos basábamos en ningún plan, solo veíamos la situación y tomábamos nuestras decisiones. Éramos moradores de las arenas. Durante las protestas contra la guerra en el Pentágono miramos que las puertas no estaban lo suficientemente aseguradas por lo que fuimos y las golpeamos hasta que abrieron. Íbamos junto al resto de manifestantes, pero muy pronto atrajimos a un núcleo de unas 100 personas que eran como nosotros. Vimos una oportunidad, hicimos ademán y se unieron.

Durante el año 1968 y 1969 The Family también estuvo involucrada en resistir las hostilidades y la violencia de la policía en el Lower East Side. ¿Cómo os manejasteis frente a estos problemas?

Nuestra respuesta incluiría de todo, desde protestas pacíficas a luchas no pacíficas, dependiendo de la situación. Éramos extremadamente imprevisibles y a menudo dependía de lo duramente que estuviéramos presionados.

Finalmente eran ellos los que decidían si nos teníamos que enfrentar. Una noche hicimos barricadas en las calles para cerrar el paso al tráfico y celebrar una fiesta. La policía vino, pero como vio que éramos mucha gente y muy fuertes decidieron dejarnos en paz. De cualquier manera aquello fue el principio del fin. Nos pusimos muy chulos e incontrolables y comenzaron a detenernos por cualquier cosa.

En octubre de 1968 tu, personalmente, te enfrentaste a un juicio por cargos de intento de homicidio en Boston. ¿Que fue lo que te llevo hasta allí y a tu absolución final?

Mientras estaba en Nueva York habíamos escuchado que jóvenes freaks, nunca nos referíamos a nosotros como hippies, estaban siendo acosados por un grupo de vigilantes de Boston. Era algo bastante feo, unos chavales habían sido hospitalizados, así que sugerí a algunos miembros de Family que debíamos ir hasta allí y echar un vistazo. Nos acercamos y nos quedamos con los chicos de la calle y los freaks, nos aseguramos suficientemente de que estaban siendo atacados mientras estábamos allí. Los atacantes fueron repelidos y yo fui arrestado por la policía.

Estuve en la cárcel durante dos semanas antes de que me soltasen. Después de intentar resistir escuchamos que los vigilantes seguían haciendo daño a la gente y decidimos volver porque nos preocupaba que hubiésemos hecho que las cosas fuesen a peor. Los mismos chavales volvieron otra vez, pero esta vez se echaron atrás y desaparecieron por lo que tuve algo de suerte ya que no habría hecho ningún bien a mi causa.

No tuve muchos apoyos a mi causa ya que la comunidad política no se podía preocupar de los hippies mientras no fuesen en su mayoría no-violentos. A pesar de todo varias personas ayudaron y la historia tuvo cierta cobertura en la prensa underground. Al final fui absuelto, pero el presidente del jurado me dijo que todo fue gracias a una persona del jurado. En la primera votación salió un 11 a 1 a favor de condenarme, pero un tipo intento convencer al resto de que existían las suficientes dudas como para dejarme ir. No se de quien se trataba, pero le debo mi libertad a aquel tipo.

Además de apoyar a la gente contra la policía y abrir apartamentos, The Family también abrió una tienda gratuita y estuvo envuelta en varias actividades que se dirigían hacia la supervivencia en las calles. Háblanos acerca de estas actividades.

Nosotros siempre intentábamos conectar a la parte hippie de la comunidad de Lower East Side con la parte de la calle y de los sin techo. Con la llegada de miles de fugitivos a la zona a finales de los sesenta eran algunas veces tal para cual, pero las dos comunidades nunca llegaron a coexistir cómodamente. Abrimos una tienda para dar a la gente sin techo y a nosotros mismos un lugar donde pasar el tiempo. Teníamos ropa gratis, doctores y abogados con contrato, un mimeógrafo, información para la gente que quería evitar ser reclutado y obtener un falso DNI, información sobre los apartamentos, etc. Era un centro de ayuda general. Hacíamos comida gratis dos noches a la semana, pero también celebrábamos eventos de comida gratis en residencias o iglesias donde llegamos a servir a unas 300-400 personas. Poseíamos algunos documentos de una iglesia diciendo que no teníamos ánimo de lucro y eso nos permitió obtener comida del día anterior o productos incorrectamente marcados de los mercados y comida al por menor gratis. Alguna gente trabajaba, otra hacía donaciones y los mismos documentos también nos ayudaron a conseguir rápidamente subvenciones de iglesias liberales para alquilar sitios, etc.

Al mismo tiempo que otros muchos grupos contraculturales The Family también trazo una línea entre las “drogas blandas” y las “drogas duras”. Háblanos sobre esto y del discurso del grupo hacía las drogas ilegales en general.

Nosotros diferenciábamos entre drogas duras como la cocaína y la heroína y otras como la hierba, el hachis o los psicodélicos. Veíamos como el LSD y la hierba estaban ayudando a echar abajo las barreras entre la juventud de los suburbios y ayudándoles a replantearse su lugar en el universo. Algunos de nosotros habíamos tenido problemas con drogas duras y vimos como eran destructivas. A diferencia de Leary y otros, no veíamos los psicodélicos como una cura para todo, pero si que podían, y lo hicieron, contribuir positivamente.

Algunas veces la gente me traía a chavales que habían tenido un mal viaje. Yo tomaba LSD e intentaba ir con ellos al lugar donde tuvieron problemas y los ayudaba a regresar. Si quieres hablar de aventurarse, de eso iba. No veras a muchos maoístas haciendo eso. (Risas)

A finales de 1968 The Family mantuvo un enfrentamiento con Bill Graham, el promotor de Rock, sobre la implicación de la comunidad en el Fillmore East Venue. ¿Cuáles fueron los orígenes de la disputa y como terminó siendo un éxito?

En el fondo esto fue un conflicto entre las organizaciones políticas locales y aquellos que se aprovechaban de ellas. Nosotros no pretendíamos controlar el Fillmore East o cualquier cosa por el estilo, pero queríamos tener una noche gratis, no comercial, para la gente de la calle. Con todo el dinero que estaban sacando de la comunidad nos figurábamos que podrían dar algo a cambio.

En un principio Graham se negó y durante una reunión en su oficina extrajo tres balas de plata y las alineo diciendo “Los Ángeles del Infierno me hicieron las mismas exigencias y me enviaron estas tres balas y nunca cedí”. Me levante y dije “Existe una diferencia entre nosotros y los Ángeles, nosotros nunca te vamos a dar nada para guardar en tu escritorio”. Aquello no fue literalmente una amenaza, pero si una declaración de que de una manera u otra íbamos a conseguir lo que demandábamos.

Una noche la gente del Living Theatre estaba actuando en el Fillmore East y acordamos subirnos al escenario después de ellos. Hice una declaración diciendo que ellos ya habían terminado, pero que nosotros íbamos a mantenernos en el escenario tanto tiempo como fuese necesario hasta conseguir lo que queríamos. Podría llevar una noche, dos noches o dos semanas, pero nos íbamos a quedar. Ocupamos el escenario y luchamos durante la noche con Graham y sus matones, pero perdieron y sobre la una o las dos de la madrugada se rindió y conseguimos que la noche del miércoles fuese gratis.

¿Qué clase de eventos se celebraron en los “miércoles gratuitos”?

Numerosas bandas de rock incluidas Canned Heat, MC5 y Country Joe McDonald tocaron gratis y nosotros a cambio les dábamos comida y drogas. Me contaron que MC5 tuvo problemas con alguna sección de la audiencia, pero yo recuerdo estar en Michigan con ellos algún tiempo después, por lo que no estoy seguro de lo que sucedió allí. Después de tres semanas Graham vino con una carta de la policía informándole de que iban a cerrar toda la avenida si esas noches continuaban con su política de drogas gratis. Aceptamos que eso era todo, pero en el fondo no nos importo que solamente hubiese durado tres semanas porque habíamos cuestionado al completo el mundo comercial del rock and roll.

Woodstock nos proporciono otra oportunidad para desafiar a la industria musical. Aquellos jóvenes dijeron “Siempre decís que la música es libre, bien pues vamos a hacerla libre”. Como muchas de las cosas que hicimos nada estaba planeado. Nosotros simplemente íbamos hacía allí cuando algunos de nosotros pensamos que sería una buena idea cortar las vallas y dejar que todo el mundo pasase. Cuando empezó a llover encontramos el lugar donde los organizadores acumulaban el material de camping para poner a la venta y liberamos todas las tiendas y sacos de dormir. Hicimos un agujero en la tienda que servía de almacén y las sacamos fuera.

¿Se relaciono mucho The Family con grupos de otras partes del país o del mundo?

Un alto número de gente vino por Nueva York y paso tiempo con nosotros alrededor del momento en que The Family daba comienzo. Entre ellos se incluían varios situacionistas del Reino Unido, los cuales se acabaron convirtiendo en el grupo King Mob, miembros de Zenga-Kuren de Japón, Jean Jaques Leibel, que fue uno de los líderes de la revuelta del ’68 en Paris y también algunos Provos de Holanda. Todos estés grupos coincidían de una forma o otra con nuestro discurso.

Nosotros también hicimos algunos viajes. Yo pase algún tiempo con los Diggers en San Francisco. Ellos provenían de un lugar muy similar en términos de radicalismo y también compartíamos el rechazo a los empresarios que estaban lucrándose gracias a la contracultura, pero nuestros discursos eran bastante diferentes. También había mucho apoyo de los grupos de la West Coast, incluso Owsley (fabricante de LSD) nos dio algún dinero. También había pequeños grupos de gente por todo el país que se identificaron y estuvieron con nosotros.

¿Qué fue lo que provoco que tomarais la decisión de abandonar Lower East Side?

La policía se sintió amenazada por nosotros. Nos empezaron a seguir a fondo y se dedicaban a acosarnos constantemente. Alguna de nuestra gente estuvo implicada en la segunda ola de acusaciones que vinieron por las protestas de Chicago.

Estas cosas por si solas no fueron las que nos hicieron salir, pero estábamos involucrándonos y explorando nuevas direcciones. El elemento tribal comenzó a ser más estridente y muchos de nosotros nos empezamos a preguntar por que aguantábamos en el ghetto de todos modos. Muchos de los jóvenes fugitivos estaban siendo arrestados y creíamos que sería mas seguro sacarlos de allí. Llevamos a cerca de veinte de ellos a un punto de California y ayudamos a otros a encontrar casas en diferentes lugares.

El grupo no terminó con todo de repente, pero se dispersó con muchos de nosotros involucrándonos en varios terrenos, orientando proyectos y comunidades. Yo personalmente deje de escribir, me fui a la montaña y no volví hasta cinco años después. Estuve influenciado por “El asesinato de cristo” de Wilhelm Reich y su idea de que tu no ignoras el grueso de las cuestiones, pero sigues adelante enfrentándote a ellas una a una.

Con el gobierno de los Estados Unidos en pie de guerra permanente en el extranjero mientras de forma simultanea toma fuertes medidas contra las libertades civiles y la disidencia en casa, algunas veces parece como si los movimientos de izquierda de los años sesenta nunca hubiesen existido. ¿Qué es lo que ves como el legado de grupos como Black Mask y la nueva izquierda en general?

Parte de la razón de que haya resurgido (después de treinta años en el anonimato) para hablar de lo que hicimos en los sesenta es el hecho de que las cosas han ido muy mal en los Estados Unidos. Ha llegado a un punto donde no puedes ignorarlo, es peor que nunca.

Me figuraba que empezaría por dar a conocer a la gente nuestra historia y entonces ir a partir de hay. Todo lo que puedo contar a la gente es que cuando, en el pasado, parecía todo bastante sombrío pasamos a la acción y tuvo un efecto. Se consiguió mucho y sin embargo cinco años antes nadie habría esperado que pudiésemos enfrentarnos al Behemoth del capitalismo americano. Es contraproducente sentarse y decir “no podéis hacer nada”. No es mi papel decir a la gente lo que deberían hacer exactamente, pero siempre hay alguna manera de responder y pasar a la acción, tan solo mira a tu alrededor.


*Ben Morea fue entrevistado por Iain McInntyre en 2006


Notas:

[1] En la versión en lengua inglesa de la entrevista Ben Morea hace referencia al término “aficionado de vairos” al referirse al nombre que se le da a “grupos de afinidad” en la lengua castellana. Al creer que es una errata, ya sea del propio Morea o de los entrevistadores, preferimos traducir el término real. (n.d.t.)

fuente: http://translatetherevolt.blogspot.com/2009/01/up-against-wall-motherfucker-entrevista.html

martes, 29 de noviembre de 2011

A los resignados x Albert Libertad


PARA CONOCER MAS DE ALBERT LIBERTAD VISITAR SU ARTICULO EN WIKIPEDIA AQUI

Odio a los resignados, tanto como a los inmundos, como a los poltrones.

¡Odio la resignación! Odio la inmundicia, odio la inacción.

Odio al enfermo abatido por alguna fiebre maligna; odio al enfermo imaginario que con un poco de voluntad podría ponerse en pie.

Compadezco al hombre encadenado, rodeado de guardianes, aplastado por el peso del hierro y del número.

Odio a los soldados, postrados por el peso de un galón o tres estrellas; a los trabajadores, postrados por el peso del capital.

Estimo al hombre que dice lo que siente allí donde se encuentra; odio al votante en perpetua conquista de una mayoría.

Estimo al sabio aplastado bajo el peso de la investigación científica, odio al individuo que se postra bajo el peso de una fuerza desconocida, de una X cualquiera, de un Dios.

Odio a todos aquellos que cediendo a otros, por miedo, por resignación, una parte de su fuerza de hombres, no sólo se aplastan a sí mismos, sino también a mí, a todo lo que yo amo, bajo el peso de su infame concurso o de su estúpida inercia.

Odio, sí, los odio porque lo siento, siento que no me postro ante el galón del oficial, ante la banda del alcalde, ante el oro del capitalista, ante todas sus morales y religiones; desde hace tiempo sé que todo esto no son más que fruslerías que se rompen como el cristal... Yo estoy postrado bajo el peso de la resignación de otros. Odio la resignación.

Amo la vida.

Quiero vivir, no mezquinamente como los que no satisfacen más que una parte de sus músculos, de sus nervios, sino yendo más allá, satisfaciendo tanto los músculos faciales como los de las piernas, los riñones tanto como el cerebro.

No quiero entregar una parte del ahora a cambio de una parte ficticia del mañana, no quiero ceder nada del presente a cambio del viento del porvenir.

No quiero postrar nada de mí bajo las palabras “patria, Dios, honor”. Conozco muy bien el vacío de estas palabras: fantasmas religiosos y laicos.

Me burlo de las pensiones, de los paraísos; esperanzas utilizadas por el capital y la religión para mantener la resignación.
Me río de todos los que acumulan para la vejez y se privan en la juventud; de aquellos que, para comer a los sesenta, ayunan a los veinte.

Quiero comer mientras tenga los dientes fuertes para desgarrar y triturar carnes suculentas y saludables frutas, mientras mis jugos gástricos digieran sin ningún problema; quiero saciar mi sed con líquidos refrescantes y tónicos.

Quiero amar a las mujeres, o a la mujer que más convenga a nuestros comunes deseos, y no quiero resignarme a la familia, a la ley, al Código; nadie tiene derecho sobre nuestros cuerpos. Tu quieres, yo quiero.

Burlémonos de la familia, de la ley, antiguas formas de resignación.

Pero eso no es todo: puesto que tengo ojos y oídos quiero, además de comer, beber y hacer el amor, disfrutar de otras maneras. Quiero ver hermosas esculturas, hermosas pinturas, admirar a Rodin o a Monet. Quiero escuchar las mejores óperas de Beethoven o de Wagner. Quiero conocer los clásicos de la comedia, repasar el bagaje literario y artístico que ha ligado a los hombres del pasado con los del presente; o mejor, repasar la obra por siempre inacabada de la humanidad.

Quiero gozo para mí, para la compañera que elija, para mis hijos, para mis amigos. _ Quiero una casa para descansar agradablemente los ojos una vez terminado el trabajo.Porque quiero el gozo del trabajo también, ese gozo sano, ese gozo fuerte.

Quiero que mi brazos usen la sierra, el martillo, la pala, la guadaña. Que los músculos se desarrollen, que la caja torácica ensanche con movimientos fuertes, útiles y razonados.

Quiero ser útil, quiero que seamos útiles. Quiero ser útil a mi vecino y quiero que mi vecino me sea útil a mí. Deseo que hagamos más porque mi necesidad de gozar es insaciable. Y es porque quiero gozar que no me resigno.

Sí, sí, quiero producir, pero quiero gozar; quiero amasar la harina, pero comer el mejor pan; hacer la vendimia, pero beber el mejor vino; construir una casa, pero vivir en el mejor alojamiento; construir muebles, pero poseer también lo útil, ver lo bello; quiero hacer teatros, pero tan grandes que puedan alojar a todos mis compañeros.

Quiero participar en la producción, pero también en el consumo.

Hay hombres que sueñan con producir para dejar a otros, oh ironía, la mejor parte de sus esfuerzos; yo quiero, unido libremente con otros, producir pero también consumir.

Resignados, mirad, escupo a vuestros ídolos, escupo a Dios, escupo a la Patria, escupo a Cristo, escupo a todas las banderas, escupo al capital y al Toisón de Oro, escupo a las Religiones: fruslerías, yo me mofo, me río de todas ellas...

No son nada sin vosotros, abandonadlas y se desharán como migajas.

Vosotros sois por tanto una fuerza, oh resignados, una de esas fuerzas ignoradas, pero que no por eso deja de ser fuerza, y no puedo escupir sobre vosotros, sólo puedo odiaros ... o amaros.

Por encima de todos mis deseos está el de ver sacudiros vuestra resignación en un terrible despertar de vida.
No hay ningún paraíso futuro, no hay porvenir, no hay sino presente.
¡Vivamos!
¡Vivamos! La resignación es la muerte.
La rebelión es la vida.

http://www.non-fides.fr/?A-los-resignados

domingo, 13 de noviembre de 2011

"La Bande À Bonnot" pelicula ficción

La banda de Bonnot fue un famoso grupo anarquista ilegalista francés que se lanzo en una serie de atracos a bancos. Para mas información sobre el ilegalismo ir a la pagina de wikipedia sobre el tema aqui y sobre la banda de bonnot aqui. En la pelicula tambien se puede apreciar los circulos anarcoindividualistas franceses de principios de siglo y sale por ejemplo la anarcoindividualista Rirette Maitrejean. Lamentablemente no tiene subtitulos pero en todo caso es una pelicula interesante para cualquier anarquista. Si van a la pagina de youtube encontraras esta pelicula en 8 partes. La pelicula fue dirigida por Philippe Fourastié y para mas info sobre ella ir aqui.


miércoles, 26 de octubre de 2011

Bolchevismo y Stalinismo x Paul Mattick


INDICE

* Introducción
* Competidores por el Poder
* Los Bolcheviques y la Espontaneidad de las Masas
* El "Aparato" del Partido
* Trotsky, Apologista del Stalinismo
* El Resultado: Capitalismo de Estado

Introducción

El presunto propósito de la biografía de Stalin hecha por Trotsky1 es mostrar "cómo fue formada una personalidad de este tipo, y cómo llegó al poder por la usurpación del derecho a un papel tan excepcional." El verdadero propósito del libro, sin embargo, es mostrar por qué Trotsky perdió la posición de poder que ocupó temporalmente y por qué su nombre debe seguir al de Lenin en vez del de Stalin. Antes de la muerte de Lenin siempre había sido "Lenin y Trotsky"; el nombre de Stalin siempre había estado cerca de o al final de cualquier lista de Bolcheviques ilustres. Incluso en una ocasión Lenin sugirió que se pusiera su propia firma segunda a la de Trotsky. En resumen, el libro ayuda explicar por qué Trotsky sostenía la opinión de "que él era el sucesor natural de Lenin" y de hecho resulta ser una biografía tanto de Stalin como de Trotsky.

Todos los orígenes son pequeños, sin duda, y el Bolchevismo de Lenin y Trotsky difiere del actual Stalinismo justo como el terror pardo de Hitler de 1933 difiere del Nazismo de la Segunda Guerra Mundial. Que no existe nada en el arsenal del Stalinismo que no pueda ser encontrado en el de Lenin y Trotsky es atestiguado por los escritos más tempranos del propio Trotsky2. Por ejemplo Trotsky, igual que Stalin, introdujo el trabajo forzado como un "principio socialista". Él, también, estaba convencido de que "ningún socialista serio negará al Estado Obrero el derecho de poner sus manos sobre el obrero que se niega a ejecutar su fuerza de trabajo." Fue Trotsky quien se apuró fustigar el "carácter socialista de la desigualdad", porque, según dijo, "aquellos obreros que hacen más por el interés general que otros reciben el derecho a una mayor cantidad del producto social que los flojos, los descuidados, y los desorganizadores." Era su opinión que todo debía ser hecho para "ayudar al desarrollo de la rivalidad en el círculo de la producción."

Por supuesto, todo esto fue concebido como el "principio socialista" del "período de transformación". Fue dictado por las dificultades objetivas en el camino a la socialización completa. No fue por deseo sino por necesidad que se reforzó la dictadura de partido hasta que resultó en la abolición de incluso aquellas libertades de actividad que, de una manera u otra, habían sido concedidas por el Estado burgués. Sin embargo, también Stalin puede ofrecer la excusa de la necesidad.

Para encontrar otros argumentos en contra el Stalinismo aparte de su aversión personal para con un competidor en la puja inter-partidaria, Trotsky debe descubrir y formular diferencias políticas entre sí mismo y Stalin, y entre Stalin y Lenin para respaldar su aseveración de que sin Stalin las cosas habrían sido diferentes en Rusia y en otros lugares.

No podría haber ninguna diferencia "teórica" entre Lenin y Stalin, cuando el único trabajo teórico que lleva el nombre del último fue motivado y supervisado por Lenin. Y si Stalin representa la "naturaleza ansiada" del aparato partidario centralizado, Lenin fue el que construyó el aparto perfecto para sí mismo, asi que en ese punto tampoco vemos ninguna diferencia. A decir verdad, mientras Lenin estaba en actividad, Stalin no le representaba ningún problema, a pesar de lo problemático que pudo haber sido para "el Bolchevique Número Dos".

Sin embargo, para que Trotsky pueda explicar el "Termidor Soviético", debe haber una diferencia entre el Leninismo y el Stalinismo, siempre que, por supuesto, existiera tal Termidor. En este punto, Trotsky ha presentado varias ideas respecto a cuándo tuvo lugar, pero en su biografía de Stalin hace caso omiso de la cuestión del tiempo a favor de la simple declaración de que tenía algo que ver con los "crecientes privilegios de la burocracia". Sin embargo, esto solamente nos lleva de vuelta al período temprano de la dictadura Bolchevique que encontraba a Lenin y Trotsky comprometidos en crear la burocracia estatal y en incrementar su eficiencia incrementando sus privilegios.

Competidores por el Poder

El hecho de que la lucha despiadada por las posiciones recién saliera a la luz con la muerte de Lenin indica otra cosa que el Termidor Soviético. Simplemente indica que a esa altura el Estado Bolchevique era lo suficientemente fuerte, o estaba en una posición tal, como para ignorar hasta cierto punto tanto a las masas rusas como a la burguesía internacional. La burocracia en desarrollo empezó a sentirse segura de su dominio sobre Rusia; la disputa por los frutos de la Revolución entró en su etapa más general y más seria.

Todos los adversarios en esta lucha hicieron hincapié en la necesidad de la dictadura en vista de las fricciones internas sin resolver entre "obreros" y "campesinos", el completo atraso económico y tecnológico del país, y el peligro constante de un ataque exterior. Pero dentro de este escenario de dictadura podían ser planteados todo tipo de argumentos. La lucha por el poder dentro de la clase dirigente en desarrollo se expresó en propuestas políticas tanto a favor o en contra de los intereses de los campesinos, tanto a favor o en contra de la limitación de los consejos de fábrica, tanto a favor o en contra de una política ofensiva en el frente internacional. Se expusieron teorías altisonantes con respecto a la estimación de la clase campesina, la relación entre la burocracia y la revolución, la cuestión de las generaciones en el partido, etcétera y llegaron a su clímax en la controversia entre Trotsky y Stalin sobre la "Revolución Permanente" y la teoría del "Socialismo en un solo país".

Es muy posible que los participantes del debate creyeran en sus propias frases; sin embargo, a pesar de sus diferencias teóricas, siempre que actuaron ante una situación real actuaron de igual manera: Para adaptarse a sus propias necesidades, naturalmente expresaron cosas idénticas en términos diferentes. Si Trotsky se precipita al frente - a todos los frentes a decir verdad - simplemente defiende la patria. Pero Stalin "es atraído por el frente, porque aquí por primera vez podría trabajar con el más acabado de todos los aparatos administrativos, el aparato militar" por el cual, a propósito, Trotsky se arroga todo el crédito. Si Trotsky pide por disciplina, muestra su "mano de hierro"; si Stalin hace lo mismo, procede con "mano dura".

Si la sangrienta supresión de la rebelión de Kronstadt por Trotsky fue una "necesidad trágica" la supresión del movimiento independentista georgiano por Stalin fue hecha en la manera de un "rusificador gran-ruso, ignorando completamente los derechos de su propio pueblo como nación". Y vice versa: las sugerencias hechas por Trotsky son llamadas falsas y contrarrevolucionarias por los secuaces de Stalin; pero cuando se llevan a cabo con los auspicios de Stalin se convierten en una prueba adicional de la sabiduría del gran líder.

Para comprender al Bolchevismo, y en un sentido menor el Stalinismo, no es suficiente con seguir las superficiales y a menudo tontas controversias entre Stalinistas y Trotskistas. Después de todo, la Revolución Rusa abarca más que sólo al Partido Bolchevique. Ni siquiera fue iniciada por grupos políticos organizados sino por las reacciones espontáneas de las masas ante la quiebra de un ya precario sistema económico en el alba de una derrota militar. Los levantamientos de Febrero "empezaron" con los disturbios por hambre en lugares de mercado, las huelgas de protesta en las fábricas, y la declaración espontánea de solidaridad con los manifestantes por parte de los soldados. Pero todos los movimientos espontáneos de la historia moderna han sido acompañados por fuerzas organizadas. Tan pronto como el colapso del Zarismo fue inminente, las organizaciones pasaron a primer plano con directivas y objetivos políticos definidos.

Si antes de la Revolución Lenin había hecho hincapié en la organización en vez de la espontaneidad, era debido a las retrasadas condiciones rusas, que daba a los movimientos espontáneos un carácter atrasado. Incluso los grupos políticamente avanzados solamente ofrecían programas limitados. Los obreros industriales deseaban reformas capitalistas similares a las que disfrutaban los obreros de países capitalistas más avanzados. La pequeñaburguesía e importantes capas de la clase capitalista querían una democracia burguesa Occidental. Los campesinos deseaban tierra en una agricultura capitalista. Aunque progresivas para la Rusia zarista, estas demandas eran la esencia de la revolución burguesa.

El nuevo gobierno liberalista de Febrero intentó continuar la guerra. Pero fueron las condiciones mismas de la guerra contra las que las masas se estaban rebelando. Todas las reformas prometidas dentro del escenario ruso de esos días y dentro de las existentes relaciones de poder imperialistas fueron condenadas a permanecer como frases vacías; no había ninguna manera de dirigir al movimiento espontáneo por los cauces deseados por el gobierno. En nuevos levantamientos los Bolcheviques llegaron al poder no por vía de una segunda revolución sino por un cambio forzoso de gobierno. Esta toma del poder fue fácil debido a la falta de interés que las masas en movimiento mostraban por el gobierno existente. El golpe de estado de Octubre, como dijo Lenin, "fue más fácil que levantar una pluma." La victoria final fue "conseguida prácticamente por inercia.... Ningún regimiento se alzó para defender a la democracia rusa.... La lucha por el poder supremo sobre un imperio que comprendía un sexto del globo terráqueo fue decidida entre fuerzas asombrosamente pequeñas en ambos lados tanto en las provincias como en los dos eslabones principales."

Los Bolcheviques no trataron de restaurar las viejas condiciones para reformarlas, sino que se declararon a favor de los resultados concretos de los movimientos espontáneos conceptualmente atrasados: el fin de la guerra, el control obrero de la industria, la expropiación de las clases gobernantes y la división de la tierra. Y de esta manera permanecieron en el poder.

Las demandas pre-revolucionarias de las masas rusas habían sido atrasadas por dos razones: ya habían sido realizadas hace mucho tiempo en las principales naciones capitalistas, y ya no podían ser llevadas a cabo en vista de las condiciones mundiales existentes. En un momento en que el proceso de concentración y centralización del capitalismo mundial había provocado la declinación en casi todas partes de la democracia burguesa, ya no era posible darle un nuevo inicio en Rusia. Si la democracia liberal era imposible, también lo eran todas las reformas en las relaciones capital-trabajo generalmente relacionadas con la legislación social y el sindicalismo. La agricultura capitalista, también, había ido más allá del quiebre de estados y producción feudales para un mercado capitalista a la industrialización de la agricultura y su consiguiente incorporación en el proceso de concentración del capital.

Los Bolcheviques y la Espontaneidad de las Masas

Los Bolcheviques no se adjudicaron a sí mismos la Revolución. Le dieron todo el crédito a los movimientos espontáneos. Por supuesto, subrayaron el hecho obvio de que la historia previa de Rusia, que incluía al Partido Bolchevique, había legado alguna clase de vaga conciencia revolucionaria a las masas desorganizadas y no se quedaron atrás en aseverar que sin su liderazgo el curso de la Revolución habría sido diferente y muy probablemente habría resultado en una contrarrevolución. "Si los Bolcheviques no hubieran tomado el poder", escribe Trotsky, "el mundo habría tenido un nombre ruso para el fascismo cinco años antes que el romano."

Pero los intentos de contrarrevolución por parte de los poderes tradicionales no fallaron debido a ninguna dirección conciente de los movimientos espontáneos, no debido a "la aguda visión [de Lenin], que captó la situación correctamente", sino debido al hecho de que estos movimientos no podían ser desviados de su propio curso. Si uno quiere usar el término, la "contrarrevolución" posible en la Rusia de 1917 era la inherente a la Revolución misma, es decir, en la oportunidad que brindó a los Bolcheviques para restituir un orden social dirigido centralizadamente para la perpetuación del divorcio capitalista de los obreros de los medios de la producción y la consiguiente restauración de Rusia como un poder imperialista en competencia.

Durante la revolución, los intereses de las masas en rebelión y los de los Bolcheviques se fundieron a un grado extraordinario. Más allá de la fusión temporal, también existía una profunda unidad entre los conceptos socializantes de los Bolcheviques y las consecuencias de los movimientos espontáneos. Demasiado "atrasada" para el socialismo pero también demasiado "avanzada" para el capitalismo liberal, la Revolución solamente podía terminar en aquella consistente forma de capitalismo que los Bolcheviques consideraron una condición previa para el socialismo, o sea, el capitalismo de Estado.

Identificándose a sí mismos con el movimiento espontáneo que no podían controlar, los Bolcheviques adquirieron el control sobre este movimiento tan pronto como se agotó en la realización de sus objetivos inmediatos. Existían demasiados de estos objetivos alcanzados de manera diferente en territorios diferentes. Diversas capas del campesinado satisfacieron, o no satisfacieron, divergentes necesidades y deseos. Sus intereses, sin embargo, no tenían ninguna conexión real con los del proletariado. La clase obrera misma fue dividida en diversos grupos con una variedad de necesidades específicas y planes generales. La pequeñaburguesía todavía tenía otros problemas que solucionar. En breve, había una unidad espontánea en contra de las condiciones del Zarismo y la guerra, pero no había ninguna unidad con respecto a los objetivos inmediatos y la futura política. No fue demasiado difícil para los Bolcheviques el utilizar esta división social para fortalecer su propio poder, que terminó siendo más fuerte que la sociedad en su conjunto porque nunca encaró a la sociedad como un todo.

De la misma manera que los otros grupos que se incluían dentro de la revolución, los Bolcheviques, también, pugnaron por lograr su objetivo particular: el control de gobierno. Este objetivo fue más importante que aquellos que eran aspirados por los otros. Involucró una lucha interminable, una ininterrumpida competencia por posiciones de poder. Las agrupaciones campesinas se establecieron después de dividir la tierra, los obreros regresaron a las fábricas como trabajadores asalariados, los soldados, que no podían vagar por el campo para siempre, regresaron a la vida de campesinos y obreros, pero para los Bolcheviques la lucha recién empezó con el éxito de la Revolución. Como todos los gobiernos, el régimen Bolchevique significa la sumisión de todas las capas sociales existentes a su autoridad. Centralizando lentamente todo el poder y el control en sus manos, los Bolcheviques pronto fueron capaces de dictar la política gubernamental. Una vez más Rusia fue concienzudamente organizada según los intereses de una clase especial - la clase de privilegio en el emergente sistema de capitalismo de Estado.

El "Aparato" del Partido

Todo esto no tiene nada que ver con el Stalinismo ni con el "Termidor" sino que representa a la política de Lenin y Trotsky desde el mismo día en que asumieron el poder. En su reporte al Sexto Congreso de los Soviets en 1918, Trotsky se quejó de que "No todos los obreros soviéticos han comprendido que nuestra administración ha sido centralizada y que todas las órdenes emitidas desde arriba deben ser finales.... Seremos despiadados con aquellos obreros soviéticos que todavía no lo han comprendido; los removeremos, los echaremos de nuestros rangos, los expulsaremos mediante la represión." Ahora Trotsky afirma que estas palabras fueron dirigidas hacia Stalin que no coordinó apropiadamente su actividad de guerra y estamos dispuestos a creerle. Pero cuánto más directamente deben haber sido dirigidas a todos aquellos que ni siquiera eran de "segunda línea" ni tenían rango alguno en la jerarquía soviética. Ya existía entonces, como relata Trotsky, "una división abismal entre las clases en movimiento y los intereses de los aparatos partidarios. Incluso los cuadros del Partido Bolchevique, que gozaban del beneficio de un entrenamiento revolucionario excepcional se inclinaron definitivamente a ignorar a las masas y a identificar sus propios intereses especiales con los intereses del aparato el mismo día después de que la monarquía fue derrocada."

Trotsky sostiene, por supuesto, que los peligros implícitos en esta situación fueron evitados por la vigilancia de Lenin y por las condiciones objetivas que hicieron a "las masas más revolucionarias que el Partido, y el Partido más revolucionario que su aparato." Pero el aparato estaba dirigido por Lenin. Incluso antes de la Revolución, señala Trotsky, el Comité Central del Partido "funcionó casi con regularidad y estaba completamente en manos de Lenin." Y aún más después de la Revolución. En la primavera de 1918 el "ideal del 'centralismo democrático' sufrió reveses adicionales, porque de hecho el poder tanto dentro del gobierno como del Partido se concentró en las manos de Lenin y en el séquitos de líderes Bolcheviques que no discrepaban con él abiertamente y llevaban a cabo sus deseos." Con la burocracia avanzando en poder, el emergente aparato Stalinista debió haber sido el resultado de un descuido por parte de Lenin.

Distinguir entre el gobernante del aparato y el aparato mismo por un lado, y entre el aparato y las masas por el otro, implica que solamente las masas y su más alto líder eran realmente revolucionarios, y que tanto Lenin como las masas revolucionarias fueron traicionados por el aparato de Stalin que, por así decirlo, se volvió independiente. Aunque Trotsky necesita tales distinciones para satisfacer sus propios intereses políticos, éstas no tienen ninguna base en los hechos. Hasta su muerte - sin tomar en cuenta los comentarios ocasionales contra los peligros de la burocratización, lo que para los Bolcheviques es el equivalente de las cruzadas ocasionales de los políticos burgueses por un presupuesto equilibrado - Lenin jamás se puso en contra del aparato del Partido Bolchevique y su liderazgo, es decir, en contra de sí mismo. Cualquier política decidida entonces recibía la bendición de Lenin mientras éste se encontrara al timón del aparato; y murió sosteniendo ese puesto.

Las nociones "democráticas" de Lenin son pura leyenda. Por supuesto que el capitalismo de Estado bajo Lenin era diferente del capitalismo de Estado bajo Stalin porque los poderes dictatoriales del último eran más grandes - gracias al intento de Lenin de construir el propio. Que el régimen de Lenin era menos terrorista que el de Stalin es discutible. De la misma manera que Stalin, Lenin catalogó a todas sus víctimas bajo el encabezamiento de "contrarrevolucionarios". Sin comparar las estadísticas de aquellos torturados y asesinados bajo ambos regímenes, admitiremos que el régimen Bolchevique bajo Lenin y Trotsky no era lo suficientemente fuerte para llevar a cabo medidas Stalinistas tales como la colectivización forzosa y los campos de trabajo esclavo como su principal política económica y gubernamental. No fue una intención premeditada sino la debilidad lo que forzó a Lenin y Trotsky a la llamada Nueva Política Económica, es decir, a concesiones a los intereses de propiedad privada y a una mejor -de la boca para afuera- "democracia".

La "tolerancia" Bolchevique de organizaciones no-Bolcheviques tales como los Social-revolucionarios en la fase temprana del régimen de Lenin no vino, como asevera Trotsky, de las inclinaciones "democráticas" de Lenin sino de la incapacidad de destruir inmediatamente a todas las organizaciones no-Bolcheviques. Las características totalitarias del Bolchevismo de Lenin se acumulaban al mismo ritmo que crecía su poder de control y policía. Que estas medidas fueran forzadas sobre los Bolcheviques por la actividad "contrarrevolucionaria" de todas las organizaciones obreras no-Bolcheviques, como mantiene Trotsky, no puede explicar de ninguna manera su aumento adicional después del aplastamiento de las diversas organizaciones inconformistas. Ni podía explicar la insistencia de Lenin en la ejecución del principio totalitario en las organizaciones extra-rusas de la Internacional Comunista.

Trotsky, Apologista del Stalinismo

Sin ser capaz de culpar completamente a las organizaciones no-Bolcheviques por la dictadura de Lenin, Trotsky dice que "aquellos teóricos que intentan probar que el régimen totalitario actual de la U.R.S.S. es debido... a la naturaleza desagradable del mismo Bolchevismo" olvidan los años de la Guerra Civil, "que marcaron indeleblemente al Gobierno Soviético en virtud del hecho de que muchos de los administradores, una capa considerable de ellos, se habían acostumbrado a comandar y a exigir una sumisión incondicional a sus órdenes." Stalin, también, continúa Trotsky, "fue moldeado por el ambiente y las circunstancias de la Guerra Civil, junto con el grupo entero que después le ayudó a establecer su dictadura personal". La Guerra Civil, sin embargo, fue iniciada por la burguesía internacional. Y por lo tanto, los aspectos desagradables del Bolchevismo bajo Lenin, así como bajo Stalin, encuentran su causa principal y final en la enemistad del capitalismo para con el Bolchevismo que, si es un monstruo, lo es solamente de manera renuente, matando y torturando en mera defensa propia.

Y así, aunque sea solamente en una manera indirecta, el Bolchevismo de Trotsky, a pesar de estar saturado de odio hacia Stalin, finalmente resulta en una mera defensa del Stalinismo como la única defensa propia posible para Trotsky. Esto explica la superficialidad de las diferencias ideológicas entre el Stalinismo y el Trotskismo. La imposibilidad de atacar a Stalin sin atacar a Lenin ayuda a explicar, en adición, las grandes dificultades de Trotsky como opositor. El propio pasado y las teorías de Trotsky ponen obstáculos la conformación de un movimiento a la izquierda del Stalinismo de su parte y condenan al "Trotskismo" a permanecer como una simple agencia colectora de Bolcheviques fallidos. Como tal puede mantenerse fuera de Rusia debido a las incesantes luchas competitivas por el poder y las posiciones dentro del movimiento "comunista" mundial. Pero no puede conseguir trascendencia porque no tiene nada para ofrecer excepto la sustitución de un grupo de políticos por otro. La defensa trotskista de Rusia en la Segunda Guerra Mundial era compatible con todas las políticas previas de esta oposición a Stalin, la más mordaz, pero también la más leal.

La defensa del Stalinismo por Trotsky no se agota en mostrar cómo la Guerra Civil transformó a los Bolcheviques de sirvientes en amos de la clase obrera. Él apunta al hecho más importante que es "para la burocracia es una cuestión de vida o muerte proteger la nacionalización de los medios de la producción y de la tierra." Esto significa que "a pesar de las más monstruosas distorsiones burocráticas, el caracter de clase de la U.R.S.S. sigue siendo proletario." Durante un tiempo - notamos - Stalin tuvo a Trotsky preocupado. En 1921, Lenin había estado perturbado por la cuestión de si la Nueva Política Económica era simplemente una "táctica" o una "evolución". Porque como la NEP liberó las tendencias capitalistas privadas, Trotsky vio en la creciente burocracia Stalinista "nada menos que la primera etapa de la restauración burguesa." Pero sus preocupaciones eran infundadas; "la lucha contra la igualdad y el establecimiento de diferenciaciones sociales muy marcadas han sido hasta el momento incapaces de eliminar la conciencia socialista de las masas o la nacionalización de los medios de la producción y la tierra, que eran las conquistas sociales básicas de la revolución." Stalin, por supuesto, no tenía nada que ver con esto, ya que "el Termidor Ruso indudablemente hubiera abierto una nueva era de régimen burgués, si ese régimen no hubiera sido probado obsoleto en todo el mundo."

El Resultado: Capitalismo de Estado

Con esta última declaración de Trotsky nos acercamos a la esencia del tema en discusión. Hemos dicho antes que los resultados concretos de la revolución de 1917 no eran ni socialistas ni burgueses sino capitalistas de Estado. Era la creencia de Trotsky que Stalin destruiría la naturaleza capitalista-estatal de la economía a favor de una economía burguesa. De esto iba a tratarse el Termidor. La decadencia de la economía burguesa en todas partes del mundo previno a Stalin de hacer esto. Todo lo que podía hacer era introducir las características desagradables de su dictadura personal en esa sociedad que había sido creada por Lenin y Trotsky. De este modo, y a pesar de que Stalin todavía ocupa el Kremlin, el Trotskismo ha triunfado sobre el Stalinismo.

Todo se centra en una ecuación de capitalismo de Estado con socialismo. Y aunque recientemente algunos de los discípulos de Trotsky han encontrado imposible continuar haciendo la ecuación, Trotsky fue obligado a mantenerla, pues significa el origen y el final del Leninismo y, en un sentido más amplio, de todo el movimiento social-democráta mundial del cual el Leninismo fue solamente la parte más realista. Realista, esto es, con respecto a Rusia. Lo que fue, y todavía es, entendido por este movimiento como Estado "obrero" es el régimen gubernamental del partido; lo que es entendido como "socialismo" es la nacionalización de los medios de la producción. Añadiendo el control sobre la economía al control político del gobierno, el régimen totalitario sobre toda la sociedad aparece en su forma completa. El gobierno asegura su régimen totalitario por vía del partido, que mantiene la jerarquía social y es en sí mismo una institución jerárquica.

Esta idea del "socialismo" se encuentra ahora en proceso de ser desacreditada, pero solamente debido a la experiencia de Rusia y a las experiencias similares si bien menos extensivas en otros países. Antes de 1914, lo que se quería decir con la toma del poder, pacíficamente o por la fuerza, era la toma de la maquinaria gubernamental, reemplazando un grupo particular de administradores y legisladores con otro. Económicamente, la "anarquía" del mercado capitalista debía ser reemplazada por una producción planificada bajo el control del Estado. Como el Estado socialista sería por definición un Estado "justo", siendo controlado por las masas mediante procesos democráticos, no había razón alguna para pensar que sus decisiones fueran contrarias a los ideales socialistas. Esta teoría era suficiente para organizar a partes de la clase obrera en partidos más o menos poderosos.

La teoría del socialismo se reducía a la demanda de la planificación económica centralizada a favor de todos. El proceso de centralización, inherente a la misma acumulación del capital, fue contemplado como una tendencia socialista. La influencia creciente del "trabajo" dentro de la maquinaria estatal fue aclamada como un paso en la dirección del socialismo. Pero en realidad el proceso de centralización del capital demostró ser otra cosa que su auto-transformación en propiedad social. Lo mismo pasaba con la destrucción de la economía liberal y con ella el final del tradicional ciclo de negocios como el regulador de la economía. Con el inicio del siglo veinte el carácter del capitalismo cambió. Desde ese momento en adelante se encontró bajo permanentes condiciones de crisis que no podían ser resueltas por el funcionamiento "automático" del mercado. Las regulaciones monopólicas, las interferencias estatales y las políticas nacionales trasladaron la carga de la crisis a los capitalistamente desfavorecidos de la economía mundial. Toda política "económica" se convirtió en política imperialista, culminando dos veces en conflagraciones mundiales.

En esta situación, reconstruir un sistema político y económico hecho pedazos significaba adaptarlo a estas nuevas condiciones. La teoría Bolchevique de la socialización satisfacía esta necesidad de una manera admirable. Para restituir el poder nacional de Rusia era necesario hacer en un modo radical lo que en las naciones Occidentales había sido meramente un proceso evolutivo. Incluso entonces tomaría un tiempo cerrar la brecha entre la economía rusa y la de las potencias Occidentales. Mientras tanto la ideología del movimiento socialista sirvió bien como protección. El origen socialista del Bolchevismo lo hizo particularmente apto para la reconstrucción capitalista-estatal de Rusia. Sus principios organizativos, que habían convertido al partido en una institución operativa, también restablecerían el orden en el país.

Los Bolcheviques por supuesto estaban convencidos de que lo que estaban construyendo en Rusia era, si no el socialismo, por lo menos lo segundo mejor que el socialismo, porque estaban completando el proceso que en las naciones occidentales todavía era sólo la tendencia principal del desarrollo. Habían abolido la economía de mercado y habían expropiado a la burguesía; también habían adquirido el control completo sobre el gobierno. Para los obreros rusos, sin embargo, nada había cambiado; simplemente se encontraban frente a otro grupo de jefes, políticos y adoctrinadores. Su posición era igual a la de los obreros de todos los países capitalistas en tiempos de guerra. El capitalismo de Estado es una economía de guerra, y todos los sistemas económicos extra-rusos se transformaron en economías de guerra, en sistemas capitalistas de Estado adaptados a las necesidades imperialistas del capitalismo moderno. Otras naciones no copiaron todas las innovaciones del capitalismo de Estado ruso sino sólo aquellas más adecuadas a sus necesidades específicas. La Segunda Guerra Mundial resultó en el desarrollo posterior del capitalismo de Estado a una escala mundial. Las peculiaridades de las diversas naciones y sus situaciones especiales dentro del marco de poder mundial dieron lugar a una gran variedad de procesos de desarrollo hacia el capitalismo de Estado.

El hecho de que el capitalismo de Estado y el fascismo no se desarrollaron ni se desarrollan en todos lados de una manera uniforme dio a Trotsky el argumento de la diferencia básica entre el Bolchevismo, el fascismo y el simple capitalismo. Este argumento necesariamente hace hincapié en superficialidades del desarrollo social. En todos los aspectos esenciales estos tres sistemas son idénticos y representan solamente diversas etapas del mismo desarrollo. Un desarrollo que tiene por objetivo manipular la masa de la población mediante gobiernos dictatoriales de un modo más o menos autoritario, para asegurar al gobierno y a las capas sociales privilegiadas que lo respaldan y para permitir a esos gobiernos que participaran en la economía internacional de hoy preparándose para la guerra, haciendo la guerra, y sacando provecho económico de la guerra.

Trotsky no podía permitirse reconocer en el Bolchevismo un aspecto de la tendencia mundial hacia una economía "fascista" mundial. Incluso en 1940 sostuvo la visión de que el Bolchevismo previno el ascenso del Fascismo en la Rusia de 1917. Debería haber estado claro hace mucho, sin embargo, que todo lo que Lenin y Trotsky previnieron en Rusia fue el uso de una ideología no-Marxiana para la reconstrucción "fascista" de Rusia. Porque como la ideología Marxiana del Bolchevismo simplemente sirvió a fines capitalistas de Estado, ésta, también, ha sido desacreditada. Desde cualquier punto de vista que vaya más allá del sistema capitalista de explotación, el Stalinismo y el Trotskismo son ambas reliquias del pasado.

El Resultado: Capitalismo de Estado

Con esta última declaración de Trotsky nos acercamos a la esencia del tema en discusión. Hemos dicho antes que los resultados concretos de la revolución de 1917 no eran ni socialistas ni burgueses sino capitalistas de Estado. Era la creencia de Trotsky que Stalin destruiría la naturaleza capitalista-estatal de la economía a favor de una economía burguesa. De esto iba a tratarse el Termidor. La decadencia de la economía burguesa en todas partes del mundo previno a Stalin de hacer esto. Todo lo que podía hacer era introducir las características desagradables de su dictadura personal en esa sociedad que había sido creada por Lenin y Trotsky. De este modo, y a pesar de que Stalin todavía ocupa el Kremlin, el Trotskismo ha triunfado sobre el Stalinismo.

Todo se centra en una ecuación de capitalismo de Estado con socialismo. Y aunque recientemente algunos de los discípulos de Trotsky han encontrado imposible continuar haciendo la ecuación, Trotsky fue obligado a mantenerla, pues significa el origen y el final del Leninismo y, en un sentido más amplio, de todo el movimiento social-democráta mundial del cual el Leninismo fue solamente la parte más realista. Realista, esto es, con respecto a Rusia. Lo que fue, y todavía es, entendido por este movimiento como Estado "obrero" es el régimen gubernamental del partido; lo que es entendido como "socialismo" es la nacionalización de los medios de la producción. Añadiendo el control sobre la economía al control político del gobierno, el régimen totalitario sobre toda la sociedad aparece en su forma completa. El gobierno asegura su régimen totalitario por vía del partido, que mantiene la jerarquía social y es en sí mismo una institución jerárquica.

Esta idea del "socialismo" se encuentra ahora en proceso de ser desacreditada, pero solamente debido a la experiencia de Rusia y a las experiencias similares si bien menos extensivas en otros países. Antes de 1914, lo que se quería decir con la toma del poder, pacíficamente o por la fuerza, era la toma de la maquinaria gubernamental, reemplazando un grupo particular de administradores y legisladores con otro. Económicamente, la "anarquía" del mercado capitalista debía ser reemplazada por una producción planificada bajo el control del Estado. Como el Estado socialista sería por definición un Estado "justo", siendo controlado por las masas mediante procesos democráticos, no había razón alguna para pensar que sus decisiones fueran contrarias a los ideales socialistas. Esta teoría era suficiente para organizar a partes de la clase obrera en partidos más o menos poderosos.

La teoría del socialismo se reducía a la demanda de la planificación económica centralizada a favor de todos. El proceso de centralización, inherente a la misma acumulación del capital, fue contemplado como una tendencia socialista. La influencia creciente del "trabajo" dentro de la maquinaria estatal fue aclamada como un paso en la dirección del socialismo. Pero en realidad el proceso de centralización del capital demostró ser otra cosa que su auto-transformación en propiedad social. Lo mismo pasaba con la destrucción de la economía liberal y con ella el final del tradicional ciclo de negocios como el regulador de la economía. Con el inicio del siglo veinte el carácter del capitalismo cambió. Desde ese momento en adelante se encontró bajo permanentes condiciones de crisis que no podían ser resueltas por el funcionamiento "automático" del mercado. Las regulaciones monopólicas, las interferencias estatales y las políticas nacionales trasladaron la carga de la crisis a los capitalistamente desfavorecidos de la economía mundial. Toda política "económica" se convirtió en política imperialista, culminando dos veces en conflagraciones mundiales.

En esta situación, reconstruir un sistema político y económico hecho pedazos significaba adaptarlo a estas nuevas condiciones. La teoría Bolchevique de la socialización satisfacía esta necesidad de una manera admirable. Para restituir el poder nacional de Rusia era necesario hacer en un modo radical lo que en las naciones Occidentales había sido meramente un proceso evolutivo. Incluso entonces tomaría un tiempo cerrar la brecha entre la economía rusa y la de las potencias Occidentales. Mientras tanto la ideología del movimiento socialista sirvió bien como protección. El origen socialista del Bolchevismo lo hizo particularmente apto para la reconstrucción capitalista-estatal de Rusia. Sus principios organizativos, que habían convertido al partido en una institución operativa, también restablecerían el orden en el país.

Los Bolcheviques por supuesto estaban convencidos de que lo que estaban construyendo en Rusia era, si no el socialismo, por lo menos lo segundo mejor que el socialismo, porque estaban completando el proceso que en las naciones occidentales todavía era sólo la tendencia principal del desarrollo. Habían abolido la economía de mercado y habían expropiado a la burguesía; también habían adquirido el control completo sobre el gobierno. Para los obreros rusos, sin embargo, nada había cambiado; simplemente se encontraban frente a otro grupo de jefes, políticos y adoctrinadores. Su posición era igual a la de los obreros de todos los países capitalistas en tiempos de guerra. El capitalismo de Estado es una economía de guerra, y todos los sistemas económicos extra-rusos se transformaron en economías de guerra, en sistemas capitalistas de Estado adaptados a las necesidades imperialistas del capitalismo moderno. Otras naciones no copiaron todas las innovaciones del capitalismo de Estado ruso sino sólo aquellas más adecuadas a sus necesidades específicas. La Segunda Guerra Mundial resultó en el desarrollo posterior del capitalismo de Estado a una escala mundial. Las peculiaridades de las diversas naciones y sus situaciones especiales dentro del marco de poder mundial dieron lugar a una gran variedad de procesos de desarrollo hacia el capitalismo de Estado.

El hecho de que el capitalismo de Estado y el fascismo no se desarrollaron ni se desarrollan en todos lados de una manera uniforme dio a Trotsky el argumento de la diferencia básica entre el Bolchevismo, el fascismo y el simple capitalismo. Este argumento necesariamente hace hincapié en superficialidades del desarrollo social. En todos los aspectos esenciales estos tres sistemas son idénticos y representan solamente diversas etapas del mismo desarrollo. Un desarrollo que tiene por objetivo manipular la masa de la población mediante gobiernos dictatoriales de un modo más o menos autoritario, para asegurar al gobierno y a las capas sociales privilegiadas que lo respaldan y para permitir a esos gobiernos que participaran en la economía internacional de hoy preparándose para la guerra, haciendo la guerra, y sacando provecho económico de la guerra.

Trotsky no podía permitirse reconocer en el Bolchevismo un aspecto de la tendencia mundial hacia una economía "fascista" mundial. Incluso en 1940 sostuvo la visión de que el Bolchevismo previno el ascenso del Fascismo en la Rusia de 1917. Debería haber estado claro hace mucho, sin embargo, que todo lo que Lenin y Trotsky previnieron en Rusia fue el uso de una ideología no-Marxiana para la reconstrucción "fascista" de Rusia. Porque como la ideología Marxiana del Bolchevismo simplemente sirvió a fines capitalistas de Estado, ésta, también, ha sido desacreditada. Desde cualquier punto de vista que vaya más allá del sistema capitalista de explotación, el Stalinismo y el Trotskismo son ambas reliquias del pasado.

NOTAS

1. Stalin. Una evaluación del hombre y su influencia. Editado y traducido del ruso por Charles Malamuth. Los primeros siete capítulos y el apéndice, es decir, la mayor parte del libro, fue escrito y revisado por el mismo Trotsky. Los últimos cuatro capítulos, consistentes en notas, pasajes, documentos y otros materiales crudos, han sido editados.

2.Ver por ejemplo, "Dictadura versus Democracia" por L. Trotsky, Nueva York, 1922; particularmente de la página 135 a la 150.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Día Internacional de la Blasfemia


Blog Sin Dioses: Día de la Blasfemia: El Día internacional de la blasfemia es una campaña que busca establecer el 30 de septiembre como un día para promover la libertad de expresión, y para mostrar solidaridad con aquellas personas que han sido perseguidas por criticar o cuestionar alguna creencia religiosa.

Robert Green Ingersoll afirmó que "el crimen llamado blasfemia fue inventado por los sacerdotes con el propósito de defender doctrinas que no se pueden sostener por sí mismas." Sin duda como librepensadores nos hemos encontrado con que los religiosos desean detener toda crítica alegando ofensa a las ideas religiosas. Basta recordar qua las ideas, incluyendo las religiosas, no tienen derechos, las personas si.

Feliz Día de la Blasfemia

domingo, 18 de septiembre de 2011

Presentacion del libro: El anarquismo individualista (1923-1938) de Xavier Diez

uno de los libros mas recomendados por el anticristo. aqui la presentacion a cargo de su autor Xavier Diez. El video tambien es una buena forma de enterarse del tema aunque si quieres el libro te lo puedes descargar en http://elanticristodistro.blogspot.com/2011/05/el-anarquismo-individualista-en-espana.html

lunes, 1 de agosto de 2011

Red and Anarchist Black Metal y Blackened Ska !

En tiempos recientes el (a)nticristo ha estado investigando la escena musical del Black Metal que ha crecido enormemente en años recientes. El Black Metal ha sido sobreasociado con un segmento pequeño de este que se ha asociado con el fascismo, el llamado National Socialist Black Metal (NSBM). Pues resulta que ha venido creciendo otro segmento que ha tomado partido explicito por la politica marxista y anarquista. Me refiero al llamado Red and Anarchist Black Metal (RABM). Aqui pues pueden visitar lxs interesadxs un gran blog que aloja discos para descargar de bandas de todo el mundo asociados con el RABM . Y tambien alli hallaras unos links a blogs de RABM de Colombia y de Ecuador.

Pues aqui les dejo este link a una banda que me parece bien chevere del RABM. Esta es la banda Panopticon y aqui un video de una cancion suya con letras en español e ingles visibles en la pantalla



Y aqca una recopilacion en video de algunas de las bandas mas representativas del género del RABM:



De alli tomemos en consideracion un desarrollo que parece muy extraño pero al parecer es ya algo asi como una semi-tendencia. Nada mas y nada menos que Black metal mesclado con ...SKA. Habia escuchado a la banda estadounidense anarco-punk skacore Leftover Crack la cual tendia hacia un crust punk mesclado con ska que tenia segmentos musicales de black metal. Pues de alli me he topado con una banda mas reciente llamada apropiadamente Dancehall Satan. Aclaran que son anarquistas al igual que leftover Crack. Aqui un video de su música:



Y aca otra banda que tiene una idea musical similar. Leper que tiene miembros de la gran banda canadiense de Black Metal Anarquista blackened crust Iskra. Aqui un video de su musica:



Por ultimo aqui un interesante proyecto de blackened crust de una chica noruega llamado DodsAngel:



ahi pues si quieren la musica de cualquiera de estas bandas bien pueden ir al website de RABM o solo poner el nombre de la banda seguido de la palabra blogspot en google. Ahi pues solo le queda al anticristo despedirse con un saludo anarco-satanico para todxs !

domingo, 24 de julio de 2011

Video: LA PAZ NO ES RELIGIOSA

Estudio que compara la religiosidad de un pais con los niveles de violencia (ya sea de conflicto armado civil o de violencia relacionada con el crimen).
Resulta que existe una clara tendencia hacia que los paises mas irrelgiosos son mas pacificos que los que son mas religiosos. Otros aspectos deberian ser tomados en cuenta pero si dice algunas cosas sobre el rol de la religion en avivar la conflictividad social o en el no prevenirla.

jueves, 21 de julio de 2011

(A)NORMALES: Publicación Anarquista Antipsiquiátrica


El pasado 4 de junio del presente año tuvimos la oportunidad de presentar esta nueva publicación, como ya casi estábamos segurxs, no asistió mucha gente.

Motivos nos sobran por mencionar(falta de interés, apatía, desinformación, etc.) pero quizá la mas importante es que a nadie o pocxs les interesa este tema, así como motivos ay excusas miles, entre ellas el decir que se sabe poco del tema y es algo muy delicado como para meterse en tales problemas.

La falta de atención por parte de lxs compañerxs nos esta jodiendo demasiado, ya que no ven a los hospitales psiquiatricos como lo que son: cárceles, y no se ponen muchos esfuerzos en destruir, estos también, centros de exterminio.

Esta publicación, además de pretender ser un sitio de denuncia, una barricada mas para nosotrxs lxs psiquiatrizadxs en lucha y un espacio para expresar nuestro odio a lxs que hacen apología de el exterminio de las mentes "anormales", también quiere ser un llamado de atención a el movimiento anarquista que ha dejado de lado esta lucha.

Desde algún lugar de México y con todo el rencor, rabia y odio hacia los asesinos de bata blanca les dejamos el primer numero de esta publicación que cualquiera que se sienta identificadx puede hacer suya también.


Un saludo a lxs que luchan!
Mucho animo!!
Abajo todas las putas cárceles!!!

-LXS ANORMALES EN LUCHA!!!

descarga la publicación (a)normales aqui en PDF

lunes, 4 de julio de 2011

La rebelión de Stonewall

Talves uno de los documentales mas emocinantes que este anticristo ha visto recientemente (el anticristo ve muchos documentales). Comienza describiendo las humillantes situaciones opresivas que sufrian los GLBT estadounidenses antes de la revuelta de Stonewall, las cuales como muestra el documental, condujeron a que algunos individuos se suiciden o padezcan el trato de "enfermos mentales" por parte de psiquiatras y la policía. De alli narra en forma detallada los eventos alrededor de la revuelta en el bar Stonewall Inn de Manhattan, Nueva York en la cual la multitudinaria muchedumbre congregada afuera del bar hizo retroceder con piedras, monedas y objetos en llamas a la policia. Poco despues de la revuelta se decide una manifestacion la cual es el origen del día del orgullo gay a nivel mundial. Realmente recomendable para cualquier amante de la libertad y la insumisión.

domingo, 19 de junio de 2011

Las revoluciones contra las vanguardias x Raúl Zibechi


Las potentes movilizaciones que atraviesan el mundo están desbordando tanto democracias como dictaduras, regímenes nacidos de elecciones y de golpes de Estado, gobiernos del primer y del tercer mundo. No sólo eso. Desbordan los muros de contención de los partidos socialdemócratas y de izquierda, en sus más diversas variantes. Desbordan también los saberes acumulados por las prácticas emancipatorias en más de un siglo, por lo menos desde la Comuna de París.

Naturalmente, esto produce desconcierto y desconfianza entre las viejas guardias revolucionarias, que reclaman organización más sólida, un programa con objetivos alcanzables y caminos para conseguirlos. En suma, una estrategia y una táctica que pavimenten la unidad de movimientos que estarían condenados al fracaso si persisten en su dispersión e improvisación actuales. Lo dicen a menudo personas que participan en los movimientos y quienes se felicitan de su existencia, pero que no aceptan que puedan marchar por sí mismos sin mediar intervenciones que establezcan cierta orientación y dirección.

Los movimientos en curso cuestionan de raíz la idea de vanguardia, de que es necesaria una organización de especialistas en pensar, planificar y dirigir al movimiento. Esta idea nació, como nos enseña Georges Haupt en La Comuna como símbolo y como ejemplo (Siglo XXI, 1986), con el fracaso de la Comuna. La lectura que hizo una parte sustancial del campo revolucionario fue que la experiencia parisina fracasó por la inexistencia de una dirección: "Fue la falta de centralización y de autoridad lo que costó la vida a la Comuna de París", dijo Engels a Bakunin. Lo que en aquel momento era acertado.

Haupt sostiene que del fracaso de la Comuna surgen nuevos temas en el movimiento socialista: el partido y la toma del poder estatal. En la socialdemocracia alemana, el principal partido obrero de la época, se abre paso la idea de que la Comuna de 1871 era "un modelo a rechazar", como escribió Bebel pocos años después. La siguiente oleada de revoluciones obreras, que tuvo su punto alto en la revolución rusa de 1917, estuvo marcada a fuego por una teoría de la revolución que había hecho de la organización jerárquica y de especialistas su eje y centro.

En el último medio siglo han sucedido dos nuevas oleadas de los de abajo: las revoluciones de 1968 y las actuales, que probablemente tengan su punto de arranque en los movimientos latinoamericanos contra el neoliberalismo de la década de 1990. En este medio siglo han sucedido, insertos en ambas oleadas, algunos hechos que modifican de raíz aquellos principios: el fracaso del socialismo soviético, la descolonización del tercer mundo y, sobre todo, las revueltas de las mujeres, de los jóvenes y de los obreros. Los tres procesos son tan recientes que muchas veces no reparamos en la profundidad de los cambios que encarnan.

Las mujeres hicieron entrar en crisis el patriarcado, lo que no quiere decir que haya desaparecido, agrietando uno de los núcleos de la dominación. Los jóvenes han desbordado la cultura autoritaria. Los obreros, y las obreras, desarticularon el fordismo. Es evidente que los tres movimientos pertenecen a un mismo proceso que podemos resumir en crisis de la autoridad: del macho, del jerarca y del capataz. En su lugar se instaló un gran desorden que fuerza a los dominadores a encontrar nuevas formas para disciplinar a los de abajo, para imponer un orden cada vez más efímero y menos legítimo, ya que a menudo es simple violencia: machista, estatal, desde arriba.

En paralelo, los de abajo se han apropiado de saberes que antes les eran negados, desde el dominio de la escritura hasta las modernas tecnologías de la comunicación. Lo más importante, empero, es que aprendieron dos hechos enlazados: cómo actúa la dominación y cómo hacer para desarticularla o, cuando menos, neutralizarla. Un siglo atrás eran una exigua minoría los obreros que dominaban tales artes. Las rebeliones, como la que comandó la Comuna, eran fruto de brechas que otros abrían en los muros de dominación. Ahora los de abajo aprendimos a abrir grietas por nosotros mismos, sin depender de la sacrosanta "coyuntura revolucionaria", cuyo conocimiento era obra de especialistas que dominaban ciertos saberes abstractos.

En algunas regiones del mundo pobre se produjo la recuperación de saberes ancestrales de los de abajo que habían sido aplastados por el progreso y la modernidad. En este proceso los pueblos indios juegan un papel decisivo, al darle nueva vida a un conjunto de saberes vinculados a la curación, el aprendizaje, la relación con el entorno y también la defensa de las comunidades, o sea la guerra. Ahí están los zapatistas, pero también las comunidades de Bagua, en la selva peruana, y un sinfín de experiencias que muestran que aquellos saberes son válidos para estas resistencias.

Este conjunto de aprendizajes y nuevas capacidades adquiridas en la resistencia ha tornado inservible y poco operativa la existencia de vanguardias, esos grupos que tienen vocación de mandar porque creen saber lo que es mejor para los demás. Ahora, pueblos enteros saben cómo conducirse a sí mismos, con base en el mandar obedeciendo, pero también inspirados por otros principios que hemos podido escuchar y practicar estos años: "caminar al paso del más lento", "entre todos lo sabemos todo" y "preguntando caminamos".

Lo anterior no quiere decir que ya no sea necesario organizarnos en colectivos militantes. Sin este tipo de organizaciones y grupos, integrados por activistas o como quiera llamarse a las personas que dedicamos nuestras mejores energías a cambiar el mundo, ese cambio no llegaría jamás, porque no cae nunca del cielo, ni es regalo de caudillos y estadistas esclarecidos. Las revoluciones que estamos viviendo son fruto de esas múltiples energías. Las detonamos entre muchos y muchas. Pero una vez puestas en marcha, la pretensión de dirigirlas a puro mando suele producir resultados opuestos a los deseados.