De las ilusiones posindustriales a las individualidades posrevolucionarias.
Cambios en la sociedad
En la evolución de las contradicciones sociales en todos estos últimos años ciertas tendencias han llegado a ser tan pronunciadas que pueden ser vistas como auténticos cambios reales.
La estructura de dominación ha cambiado de unas sencillas reglas arbitrarias a una relación basada en la adaptación y el compromiso. Esto ha significado un considerable incremento en la demanda de servicios en comparación con las tradicionales demandas de duraderos bienes de consumo. El resultado ha sido un incremento de los aspectos productivos basados en la información tecnológica, la robotización del sector productivo y la mayor importancia del sector servicios (comercio, turismo, transportes, seguros, banca, administración pública, etc.) sobre la industria y la agricultura.
Esto no significa que la industria haya desaparecido o sea algo insignificante; sencillamente este sector emplea cada vez a menos trabajadorxs mientras que los niveles productivos siguen igual o, incluso, han aumentado. El mismo caso ocurre si nos referimos a la agricultura, incluso más afectado se muestra ante este proceso y otros procesos industriales anteriores, aunque estadísticamente es menos relevante cuantitativamente en términos sociales.
Esta situación se desarrolla más como una “transición”, no como algo cortante y seco, pero sí como una tendencia. No hay separaciones visibles entre el periodo industrial y el posindustrial. Se hace visible el cambio de fase cuando se aprecia claramente la superación de las obsoletas instituciones al ser reestructuradas por completo. Aún así, aún no se ha alcanzado al cierre de todas las factorías y el establecimiento de un mundo con la producción completamente computerizada…
La tendencia de romper unidades de producción y la demanda de pequeños núcleos autoexplotados conjuntamente a un proyecto de producción centralizada dominará el panorama en los próximos años. Pero igualmente el sector industrial vendrá acompañado por diferentes pequeños cambios y ajustes, usando los medios tradicionales. Entre el expediente de las estrategias cautelosas y bien preparadas del Capital.
Islas de personas perdidas.
Volviendo a las fábricas en este lento y, posiblemente, irreversible proceso, lxs trabajadorxs de ayer se ven envueltxs dentro de una fuerte atmósfera competitiva. El objetivo intencionado es incrementar la productividad, el único producto consumible con respecto a la computerizada lógica de los centros productivos. Los conflictos atomizados que se producen dentro del Capitalismo serán extinguidos por el propio Sistema, ya sea cualquier alternativa, fuerza revolucionaria, con su intención de exacerbar las diferencias de clases y transformarlas en infranqueables.
Los mejores “logros” de lxs pobladorxs de las “islas” productivas son claros: su aparente fantástica “Libertad”, su flexibilidad horaria laboral, los cambios cualitativos (siempre dentro de la lógica competitiva de mercado dirigida desde los centros de mando y control) refuerza la creencia de que se ha alcanzado la “Tierra Prometida”, el reino de la felicidad y el bienestar. Siempre incrementando el provecho y con mayor “creatividad”.
Estas islas productivas, auténticas islas de la muerte, por otro lado, están rodeadas por una barrera física y psíquica, para forzar a aquellas personas que no tienen cabida en ellas a un océano tempestuoso donde no hay sitio para la supervivencia.
Entonces, aquí, en este punto, el problema se revela a sí mismo y es, precisamente, en lxs excluidxs.
Dos reservas para la Revolución
Lxs excluidxs y lxs incluidxs. Lxs primeros son aquellxs que permanecen marginadxs. Expoliadxs del proceso productivo y penalizadxs por su incapacidad de insertarse ellxs mismxs dentro de la nueva lógica competitiva del Capital, no están muchas veces preparadxs para lograr los mínimos niveles de supervivencia que les puedan asignar los servicios asistenciales del Estado (aunque cada vez está más claro que estos servicios son reliquias de un pasado diferente que choca en el presente con la exaltación de las virtudes del “self-made man” u hombre hecho a sí mismo)-n.d.t: para quienes no lo sepan, un “self-made man” viene a ser el/la típicx imbécil que desde un origen humilde triunfa en la lógica capitalista. Ejemplos podrían ser tipejos como Bill Gates, Felipe González, etc.-. Estxs no serán sencillamente un estrato social condenado a este rol por su origen étnico -hoy, por ejemplo, lxs indixs occidentales en la sociedad británica, catalizadorxs de recientes disturbios en ese país- ya que con el desarrollo de los cambios sociales que estamos comentando, los estratos sociales que en el pasado estaban adormecidxs por la seguridad de los salarios y, ahora, se encuentran en una situación de rápido y radical cambio también formaran parte de este estrato de excluidxs. Lo mismo ocurre con los resortes residuales que estos estratos sociales tenían hacia los beneficios que podían tener (pensiones tempranas, subsidios de desempleo, Seguridad Social, etc.), no aceptaran fácilmente una situación de creciente discriminación. Y tampoco se debe olvidar que el descenso del consumo de estos estratos expelidos no puede ser comparada con los grupos étnicos que nunca han podido establecerse en la esfera de la seguridad salarial. Esto seguramente avanzará en explosiones y revueltas sociales de diferente índole, además esto irá unido con revolucionarixs que se unirán a ellxs y compartirán las más elementales erupciones de rebelión.
Por otro lado nos encontramos con lxs incluidxs, aquellxs que permanecen asfixiadxs en las “islas del privilegio”. Aquí el argumento amenaza con llegar a ser más complicado y sólo puede ser claramente situado si unx está preparadx a creer en la persona y su necesidad real de Libertad. Casi ciertamente podríamos afirmar que lxs rebeldes de este sector serán quienes sean los más despiadadxs ejecutantes del ataque al Capital en su nueva forma. Vamos hacia periodos de sangrientos choques y de brutal represión. La Paz Social, sueño de una cara y pesadilla de la otra, será el más inaccesible mito de esta nueva utopía capitalista, heredera de la lógica “pacifista” del liberalismo que limpiaba el pollo en la sala de estar mientras que en la cocina se descuartizaba, dando prosperidad en casa y masacrando en las colonias.
Las nuevas oportunidades para las pequeñas, míseras y asquerosas libertades diarias serán pagadas por la profunda, cruel y sistemática discriminación hacia un vasto estrato social. Tarde o temprano esto engendrará el crecimiento de una conciencia de explotación dentro del estrato privilegiado, el cual no podrá fallar en causar rebeliones. Finalmente, deberíamos de comentar que no hay un duradero y fuerte apoyo ideológico para la nueva perspectiva capitalista como sí existía en el pasado, capaz de crear apoyo entre lxs explotadxs y, aún más importante, la intermediación de la capa de mandos.
La prosperidad por motivo de esto no es suficiente, especialmente por los muchos grupos de personas que, en un reciente o más lejano pasado, ha experimentado, o sencillamente ha leído sobre utopías libertarias, sueños revolucionarios y los intentos, aunque limitados, de proyectos insurgentes.
No todxs lxs incluidxs vivirán ciegamente en la felicidad artificial del Capital. Muchxs de ellxs se darán cuenta que la miseria de una parte de la Sociedad envenena la aparente buenaventura del resto, y transformará la “Libertad” (con el punzante alambre de la cerca) en una prisión virtual.
Precauciones estatales.
En estos últimos años el proyecto industrial también ha sido modificado por la fusión de los controles y métodos del estado enlazados con el interés político de controlar el consenso.
Mirándolo por el lado técnico, unx puede ver como la organización de la producción se ha transformado. La Producción no hace mucho estaba emplazada en una única localización (la fábrica), aunque ahora está cada vez más y más diseminada por todo el territorio, también a distancias considerables. Esto permite proyectos industriales de desarrollos que tienen en cuenta una mejor, más equilibrada distribución desde los centros productivos con el territorio, erradicando muchos de los aspectos del desorden social que han existido en el pasado tales como áreas ghetto y súper-concentraciones industriales, áreas de alta polución y con ecosistemas sistemáticamente destruidos. El Capital actualmente mira hacia a un futuro ecológico, abriendo sus armas a una gran mezcolanza de ambientalistas y llegando a ser un campeón de la salvaguarda de los recursos naturales, haciendo que parezca posible la construcción de ciudades del futuro con una “cara humana”, sea o no socialista.
El motivo real que conduce al proyecto capitalista a atravesar tierras tan lejanas, pareciéndose a las utopías pasada es muy simple y no responde a ninguna vía filantrópica: es la necesidad de reducir el descontento de clase al mínimo, cegando los ojos ante cualquier confrontación mediante una dulce capa de desarrollo progresivo basado en una fe blindada en la tecnología futura.
Es algo obvio que las propuestas más atractivas estarán hechas para lxs “Incluidxs”, probar todo lo que sea posible para evitar defectos, que será la verdadera espina en el lado de lxs capitalistas del mañana. Las personas, si viene de dentro de la esfera del proceso productivo, que giran sus finalidades en una dirección revolucionaria, tendrán armas reales para ponerlas a disposición de la Revolución contra las reglas de explotación. Por lo tanto, la fe utópica de los gobernantes del mundo sobre una “buena” tecnología se ha demostrado a si misma que es imposible, porque nunca ha tenido en cuenta el problema de la dimensión física en la que ha asignado al ghetto de lxs “excluidxs”…
La tensión y las repetidas explosiones de rabia pondrán a la caprichosa utopía de lxs explotadorxs en serias dificultades.
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