viernes, 19 de marzo de 2010

Tesis situacionistas sobre el tráfico x Guy Debord

ACA EL ANTICRISTO SALUDA EL PICO Y PLACA EN QUITO. GRACIAS POR SALVARNOS AL MENOS TEMPORALMENTE UN POCO DE ESA MIERDA DE TRAFICO

1

Un error habitual cometido por todos los planificadores de la ciudad es considerar el automóvil privado (y sus subproductos, como la motocicleta) esencialmente como un medio de transporte. En verdad, es el más notable símbolo material de la noción de la felicidad que el desarrollo del capitalismo tiende a extender a lo largo de la sociedad. El automóvil está en el corazón de esta propaganda generalizada, tanto como el bien supremo de la vida alienada y como el producto esencial del mercado capitalista: En general, se dice que en este año la prosperidad económica de América pronto va a depender del éxito de la consigna “Dos coches por familia.”

2

Traficando con el tiempo, como Le Corbusier observó correctamente, es un trabajo sobrante que reduce correspondientemente la cantidad del tiempo “libre”.

3

Debemos reemplazar el viaje como un complemento al trabajo con el viaje como un placer.

4

Querer rediseñar la arquitectura de acuerdo con las necesidades de la presente existencia masiva y parásita de automóviles privados refleja la incomprensión más irrealista del lugar donde los problemas reales yacen. En cambio, la arquitectura debe ser transformada de acuerdo con el desarrollo entero de la sociedad, criticando todos los valores transitorios vinculados con formas obsoletas de parentescos sociales (en primer rango está la familia).

5

Aun si, durante un período transitorio, nosotros aceptamos temporalmente una división rígida entre las zonas de trabajo y las de residencia, debemos contemplar al menos una tercera esfera: la de la vida misma (la esfera de la libertad y el ocio— la esencia de la vida). El urbanismo unitario no reconoce ningún límite; aspira a formar un medio humano integrado donde separaciones tales como trabajo/ocio o público/privado se disuelvan finalmente. Pero antes de que esto sea posible, la acción mínima del urbanismo unitario es extender el terreno del juego a todas las construcciones deseables. Este terreno estará al nivel de la complejidad de una ciudad antigua.

6

No se trata de oponerse al automóvil como un mal en sí mismo. Es su concentración extrema en las ciudades que ha llevado a la negación de su función. El urbanismo no debería ignorar el automóvil, pero menos aún aceptarlo como una cuestión central. Debe contar con su supresión gradual. En cualquier caso, podemos prever la prohibición del tráfico de automóviles en las áreas centrales de ciertos nuevos complejos, así como de unas cuantas ciudades antiguas.

7

Aquellos que creen que los automóviles son eternos no están pensando, incluso desde un punto de vista estrictamente tecnológico, en otras formas futuras de transporte. Por ejemplo, ciertos modelos de helicópteros de un hombre que están siendo probados por el ejército de los EE.UU, probablemente se hayan extendido al público en general dentro de veinte años.

8

La ruptura de la dialéctica del ser humano medio en favor de las automóviles (el proyecto de las autopistas en París supondrá la demolición de miles de casas y apartamentos a pesar de que la crisis de vivienda está empeorando continuamente) oculta su irracionalidad bajo justificaciones seudo prácticas. Sin embargo es prácticamente necesario sólo en el contexto de una configuración social específica. Aquellos que creen que las particularidades del problema son de carácter permanente quieren creer en la permanencia de la sociedad actual.

9

Los urbanistas revolucionarios no limitarán su asunto a la circulación de las cosas, o a la circulación de los seres humanos atrapados en un mundo de cosas. Ellos tratarán de romper estas cadenas topológicas, allanando el camino con sus experimentos para un viaje humano por una vida auténtica.

Guy Debord
1959

“Positions situationnistes sur la circulation” aparecido originalmente en Internationale Situationniste #3 (París, diciembre de 1959)

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